Hay que saber escuchar al cuerpo. Toca descansar.

       Todos hemos escuchado o dicho alguna vez la frase "hay que saber escuchar al cuerpo", y nadie pone en duda que es una verdad indiscutible. Cuando entrenamos o competimos nuestro cuerpo nos manda mensajes y señales a través de las sensaciones o incluso a través del dolor. Tan cierto es esto como el que muy pocas veces sabemos interpretarlas y hacerles caso, pero el cuerpo insiste y nos vuelve a "hablar" una y otra vez hasta que por fin queremos aceptarlas e interpretarlas.




       Pues me acaba de pasar. O mejor dicho, me ha estado pasando últimamente y este domingo he confirmado que no imaginaciones ni malas rachas. Mi cuerpo me ha estado dando señales de cansancio y yo le quería convencer de que era un mal día, o que era debido a otras circunstancias laborales, familiares, etc. 

        El primer mensaje tuvo lugar en la Media Maratón Elvas-Badajoz. A pesar de que hice buen tiempo (1:19) y el desarrollo de la carrera me dejó contento mi sensación era que lo podía haber hecho mucho mejor. Con mis entrenos y mi continuidad haber hecho 1:17 no hubiera sido ninguna sorpresa. Me autoconvencí de que todo estaba en orden escudándome en que los tiempos, en general, no había sido muy buenos.

Continuidad durante todo el año

         La semana pasada  hice una carrera de 10 kms con cuestas en Barcarrota. A mitad de la prueba me quedé sin fuelle, pero al poder recuperar algo de ritmo en la segunda parte hasta el final y conseguir una buena posición lo evidente quedó camuflado y en segundo plano.

        Pero este domingo en otro 10k en Badajoz,y esta vez llano, se ha hecho evidente que algo ocurre y que algo hay que hacer. En el km 4 tuve que dejar ir a mis compañeros de viaje Rober y Jorge porque no podía mantener el ritmo de carrera. Demasiado pronto.

        Ahora hay que analizar: ¿por qué se ha producido este cansancio? ¿qué he hecho mal?. Pues creo que lo tengo claro y es que este año llevo demasiados kilómetros (exactamente 4.108 a día de escribir esto). Desde primeros de año mi filosofía de entreno se ha basado en más carga de kms a baja intensidad. Metía intensidad sólo un día a la semana pero a cambio cargaba todas las semanas con 90 o 100 kms. Y así todas las semanas, una tras otra, de enero a octubre. Después de correr la Maratón de Lisboa bajé la carga kilométrica pero ya ha sido tarde.

Toca llenar los depósitos de energía

            Cuando veo los ritmos que tenía hace sólo un año me parece algo estratosférico e inalcanzable a día de hoy. He intentado arreglarlo bajando kms y haciendo entrenos más cortos y rápidos, pero sin éxito. Así que toca plan de choque.

          Damos por finalizado el año en cuanto a competiciones y nos tomamos un descanso de zancadas durante un tiempo. Hablando de frases hechas: "dar un paso atrás para dar dos adelante".