10k de las 7 Torres. Dehesa exigente.

      Después de estar desde primeros de año a base de entrenamientos largos y ritmos controlados, me encuentro ahora en un proceso de menos carga de kilómetros y entrenamientos de series cortas y ritmos rápidos para recuperar eso chispa y velocidad que ahora mismo no tengo. Buscando alguna carrera que exigiera "revoluciones de motor" elegí correr este domingo pasado en el 10k de las 7 Torres de Barcarrota, volviendo aquí después de 11 o 12 años desde la última vez.




      Se trata de una carrera de 10 kms que te saca a caminos y en los que los primeros 5 kms te exprimen a base de subidas y bajadas para que los otros 5 kms (mucho más fáciles) sobrevivas con las energías que te queden.

       La afluencia es escasa, menos de 100 personas, ya que hay varias carreras que coinciden este fin de semana, una de ellas a apenas 13 kms, en Almendral. Por tanto,  la recogida de dorsales es tranquila y me puedo colocar en primera línea para tomar la salida.



       Empieza la carrera y tomamos varias calles de Barcarrota antes de salir a dehesa. En esos dos kms iniciales ya se ha hecho selección de la parte delantera y Genaro se desmarca hacia la victoria. Le siguen tres o cuatro atletas y yo corro a unos metros de mi compañero y amigo Jorge, que está junto a otro chico.

        Esos dos kms casi en frío han sido exigentes, picando hacia arriba. Justo antes de la bajada he alcanzado al chico que corría con Jorge, que me va ganando distancia por delante. Ahora le sigue una pronunciada bajada de cerca de un km para recuperar y correr rápido, y a continuación de aquí dos kms y medio en los que al principio se sube levemente pero que poco a poco se va inclinando la pendiente haciendo este tramo muy exigente.


        En esa cuesta, ya cerca del final he tenido para de correr y caminar durante unos metros ya que tenía las pulsaciones por las nubes, pero cuando inicio otra vez la carrera no recupero sensaciones y no anima el que no para de subir.

       En este momento se me pasa por la cabeza tirar la toalla. Me queda la mitad de la carrera y ya voy muerto. Pero me fuerzo a tener pensamientos positivos, ya que el circuito es igual para todos, todos lo estaremos pasando mal y si no tengo a nadie detrás es porque tan mal no vamos.

        Al llegar arriba del todo hay un punto de avituallamiento. El chico que está allí me anima diciendo que ya todo es llano, y yo me paro totalmente a beber agua y recuperar el aliento. Al intentar tirar el vaso a la caja de la basura se la tiro encima de la chaqueta que tenía en el suelo (si me lees mis disculpas y sino que alguien se las haga llegar).



        A partir de ahí todo cambia radicalmente. Los caminos son buenos y la pendiente apunta hacia abajo, consigo recuperar sensaciones, ritmo y aliento. El correr es de nuevo fluido y de esta manera por detrás tienen que correr mucho para alcanzarme. Por delante ya no se ve al amigo Jorge. Estimo que corro en 6º o 7º lugar.

        En el km 8, empieza una bajada por pista de hormigón que te mete de lleno en el pueblo. Aquí vuelven las exigencias. Con voluntarios en todos los cruces daba la sensación que todos te enviaban a la calle que subía, pero me encuentro bien, con confianza. 

        Alguien me dice que voy 4º y eso no coincide con mis cuentas. Ya en el último km una sorpresa buena, con una calle de gran pendiente que nos hace correr dentro de la plaza de toros para, desde ahí, encarar definitivamente la meta. A pesar del cansancio la subo bien y rápido. Se sale de la plaza por un rampa aunque yo me meto por la escalera y de ahí ya directamente a línea de meta.

          Cruzo la meta y veo a Genaro, José Manuel y Jorge comentando ya la carrera y me dicen que no ha entrado nadie más. Por lo que ciertamente era cuarto en la clasificación general y 1º de mi categoría de edad, con un tiempo de 39 minutos y 19 segundos.

          No estamos en el mejor momento del año, pero es bueno dar un paso atrás para poder dar dos adelante.