18º Carrera Popular de Alqueva. Carrera en solitario para un cuarto puesto.

       Habiendo empezado a entrenar de nuevo a principio de noviembre, con sesiones suaves y muy contenidas, con mejoras lentas pero asentando las bases para seguir "construyendo" a medio y largo plazo, y metiendo alguna competición para medir los progresos y a la vez divertirnos, se ha presentado esta 18º Carrera Popular de Alqueva, en Cheles.


Ultimos metros de la carrera. Foto: Fran Cano


       Inicialmente prevista para el 29 de octubre, finalmente esta prueba se aplazó hasta hoy 19 de noviembre, lo que me permitió poder correrla pero quizás haya sido uno de los motivos de la baja participación de atletas en comparación con ediciones pasadas. Esta prueba siempre fue una clásica en el calendario de carreras en la provincia de Badajoz.

        El día amanece con niebla espesa pero la temperatura es agradable y no hay apenas viento. Viajo con Isra y Fran pues la familia no pudo acudir por razones familiares. Las condiciones son idóneas para correr.

Llegando al giro de 180º. Foto: Fran Cano


           Sin más pretensión que ver la progresión respecto del último 10k en la Carrera del Cancer en Badajoz de hace dos semanas nos plantamos en línea de salida. Por cierto ¡vaya forma de dar la salida!. Llega un señor a la zona de salida mirando el móvil y de buenas a primeras, medio en broma, dice "venga ya, salid". La gente empieza a correr sin dejar de mirarse para ver si realmente era la salida o falso aviso. Era la salida real. Salvo eso, la organización impecable, aunque yo le daría una vuelta a la promoción previa de la carrera y al sistema de inscripción.

          ¡Empezamos! Dos vueltas de 5 kms por delante y aparentemente sin gran nivel competitivo. Aunque mi objetivo es ir con cautela y no pecar de optimismo los dos primeros kms salen a 3:39 cada uno, motivado principalmente porque se corren con perfil favorable.


El regreso al pueblo era más costoso. Foto: Fran Cano


      Abren la carrera Juan Manuel, un atleta de Villanueva, y mi amigo Isra Mata, unos metros detrás otro duo con Jorge y otro atleta, y posteriormente yo, en solitario, sin nadie por detrás amenazando alcance. Realmente Jorge está corriendo el 5k, por lo que mi posición real en carrera es 4º.

       A la altura del km 3 ya baja considerablemente mi ritmo, porque se acaba el punch de la salida y porque de vuelta al pueblo, tras el giro en el pantano, el perfil ya no es tan favorable. Las posiciones están bastante definidas por delante y por detrás como para saber cómo va a acabar la carrera en estas primeras plazas., por lo que trato de hacer mi carrera sabiendo que, salvo accidente, acabaré cuarto y corriendo sólo hasta el final.

Llegada a meta. Foto: Organización

      De aquí en adelante sin mucha más historia más, salvo el mencionar lo duro que se me hizo el último km y medio. Bastante lento este último tramo, aunque en recta de meta aprovecho la bajada para entrar en público con una zancada aceptable y digna de un cuarto puesto.

        Tiempo final de 39:42, con un 4º puesto de la clasificación general y 1º de mi categoría. Completamos así la octava participación en esta carrera, lejos de los tiempos de antaño pero disfrutando igual de esta carrera. Mi mejor tiempo aquí fue un 36:02 en 2018.


Podium de categoría. Foto: Fran Cano

         Seguimos entrenando para ir mejorando poco a poco con el objetivo a lejos de la Maratón de Badajoz en marzo. Posible próxima parada el 8k de Barbaño dentro de dos semanas.

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La Carrera Solidaria "Badajoz Contra el Cáncer" como punto de partida

        Hay momentos en que nos gustaría tener un botón de "reset" como los aparatos electrónicos para, cuando algo no funciona, reiniciar motivación, entusiasmo y energías. Pero como no es así, para conseguir algo parecido es necesario tomar un descanso prolongado, como el que yo me he tomado justo antes de esta Carrera Solidaria "Badajoz Contra el Cáncer".


Km 4,5 en donde me quedo solo. Foto: Fotobadajoz


          Ha sido casi mes y medio de descanso con el único objetivo de darle al cuerpo descanso y volver a correr y competir con buenas sensaciones. Retomé esta semana y sin apenas entreno he corrido esta carrera sin más pretensión que fijar un punto de partida para, a partir de ahí, volver a construir  un buen estado de forma física y ser de nuevo competitivo. 

              Mañana despejada y con algo de viento, aunque algo leve para lo que hemos sufrido esta semana. La idea inicial es salir contenido, a ver qué quieren hacer las piernas e ir poco a poco incrementando el ritmo si hay buenas sensaciones, siendo consciente de que se está en baja forma física. 

      Pero a punto de tomar la salida se "inician los contactos para crear alianzas de carrera". Los amigos Cardesa y David Arasa me comentan que tienen idea de iniciar a un ritmo de 4:00. En principio me parece ambicioso pero no lo descarto, a la espera de ver cómo se van desarrollando los hechos.

        Al tomar la salida tengo bastante gente corriendo delante pero con paciencia voy adelantando  cuando encuentro huecos hasta poder encontrar mi sitio de carrera. Al poco llego hasta Cardesa y me quedo ahí con él ya que este circuito a dos vueltas y con algo viento no es muy adecuado para correr solo.


Primer paso por meta. Foto: Rosa


        Ya en la carretera hacia el Club de Piragüismo, algo delante nuestra, Arasa y Guillermo que ven que vamos justo detrás y nos esperan para hacer un grupo con más ayudas. Así cumplimos la alianza que antes comentaba en línea de salida.

       El ritmo que llevamos (3:50-3:55) en grupo es más rápido que lo que hablamos antes de empezar y también más rápido de lo que yo desearía pero, a sabiendas de no poder mantenerlo hasta el final, me va a ser de gran ayuda para ir ganando tiempo km a km y después "remar" hasta meta con lo que haya.

       Por momentos haciendo la goma y por momento volviéndome a enganchar completo la primera vuelta casi entera con ellos. Justo antes del primer paso por meta me quedo atrás definitivamente y va a tocar encarar los últimos 5 kms solo, pero ya llevo un colchón de tiempo ganado pues el ritmo medio hasta ahora ha sido de 3:54.

        A partir de aquí intento fijar una intensidad alta pero sostenible. El ritmo ha bajado pero se va manteniendo algo por debajo de 4:00 y de esta forma consigo ganar una posición y por delante veo al amigo Rafa Barreto. Para llegar hasta él me aprovecho de la estela de Victor Parra, que me acaba de adelantar y no he sido capaz de seguir.

         Ya estoy con Rafa y giramos 180 grados para encarar los últimos 2,5 kms con viento a favor. Empiezo a notar el esfuerzo y las piernas me piden bajar la intensidad. Veo a Rafa más entero y le pido que no me espere, que siga con su carrera, pero él insiste en terminar juntos la carrera por lo que me veo en la obligación de apretar más los dientes y no rendirme.

         Curva tras curva, sector a sector vamos completando juntos los metros que faltan, sabiendo que el sub 40 minutos está prácticamente conseguido. Le digo a Rafa que entre él primero en meta, ya que me ha estado ayudando y esperando, que por lo menos se plasme en la clasificación a lo que también se niega.

         Últimos metros por fin. Con mucho esfuerzo he conseguido no claudicar. En meta me aseguro que Rafa entre un paso por delante mía, pero extrañamente en la clasificación aparezco por delante suya.

          Finalmente completo los 10 kms con un tiempo oficial de 39:24, el cual no me hubiera imaginado al tomar la salida después de tanto tiempo de descanso y sólo una semana de entrenos. Un buen punto de partida de referencia para ir mejorando en el futuro próximo.

        

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Circuitos para correr en Badajoz (II). Parque del Rivillas.

      El Parque del Rivillas es un precioso espacio que se extiende por varios barrios de Badajoz, pero tiene un origen trágico, y es que está ubicado a ambos márgenes de los ríos Rivillas y Calamón, en donde en 1997 una crecida de estos ríos inundó las casas que entonces allí estaban construidas, llevándose muchas vidas por delante.



      Con el fin de que esto no volviera a suceder en un futuro se produjo la demolición de aquellas viviendas y en su lugar se creó una estupenda zona verde con varios kilómetros de caminos, vegetación, columpios y aparatos de gimnasia pensados para la tercera edad. Antes de que se fundara el famoso Parque del Río Guadiana en 2015, ésta era una de las zonas con mayor afluencia de runners en Badajoz.

         El circuito completo comprende 6,5 kilómetros de caminos de tierra, aunque para poder completarlos es necesario salir del parque muy brevemente en dos ocasiones, Esto es así porque para pasar de una margen del río al otro es necesario subir a los puentes con tráfico rodado que lo cruzan.


           Son varios los aspectos positivos que nos pueden hacer decidir esta zona para realizar nuestro entrenamiento: 

  • Camino de tierra natural, sin hormigón o cemento debajo.
  • Zona verde bien cuidada y buen mantenimiento.
  • Prácticamente llano.
  • Dispone de fuentes en las que poder beber.
       En cambio, también hay factores que nos pueden echar para atrás y declinar entrenar por allí:
  • En verano, coincidiendo con las altas temperaturas y el bajo nivel de los ríos, hay zonas en las que hay un olor desagradable. Aún así son puntos muy concretos.
  • La iluminación es escasa o casi nula. Cuando es de noche se hace complicado correr, ya que aunque nos conozcamos el circuito de memoria es posible pisar una zona irregular y tener un accidente.
  • Cuando cae la noche, sobre todo en verano, es posible encontrar pandillas en algunos bancos a los que les gusta hacer la gracia cuando tú pasas corriendo.

      

    Si te parecen pocos kilómetros, puedes dirigirte desde este circuito hacia el Puente Real, cruzarlo y volver por el otro margen del río, por el Circuito del  Parque del Río Guadiana, hasta el Puente de la Autonomía que también cruzarías para volver al Parque del Rivillas. Resultarían unos 14 kms.

      En épocas de preparación de maratón, para hacer una tirada kilométrica, podemos unir este circuito con el de la plataforma, río abajo, resultando un total de 32 kilómetros.


       Desde este parque también te puedes dirigir a uno de los circuitos más escarpados y emblemáticos que te puedes encontrar por Badajoz, conocido como el Perímetro. 

       Sin duda entrenar por el Parque del Rivillas es una muy buena opción para correr tranquilamente por un entorno verde muy agradable. A continuación tienes el enlace de Strava de este circuito.
























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La Carrera Popular de Valdebotoa 2023 siempre nos pone en nuestro sitio.

      Recién entrados en septiembre nos ha llegado la meteorología otoñal, tan bienvenida después de las altas temperaturas  de semanas atrás y, como es tradición casi todos los años, también ha llegado la Carrera Popular de Valdebotoa, en su decimosexta edición. Un 10k rápido y que ha contado con buena participación y corredores de gran nivel deportivo.


Con Ricci, Juan y Gerva en el km 1. Foto: Ana Mª García


        Antes de la salida me comentaba mi amigo Rafa Barreto que viendo las "liebres" que había por allí iba a tener mucha materia para completar la crónica de la carrera. Le dije que iba a ser difícil sin dar nombres, a lo que me contestó que dejara atrás esa tontería ya que nadie se va a molestar. Así que allá vamos, un mes después de mi última carrera en Villar del Rey.

       Con una temperatura muy agradable y una brisa en aumento que amenazaba lluvia se daba la salida pocos minutos después de las 10:00 horas. Mi estrategia inicial era la de un ritmo sostenido hasta el cambio de sentido en el km 5,5, y a partir de ahí empezar a dar todo lo que hubiese por entonces.


         Desde el inicio se forma un grupo casi pactado en la salida con Ricci, Juan Villa y Gerva con intención de hacer un ritmo medio de 3:45. No llevábamos ni un kilómetro cuando empiezan a caer las primeras gotas y parece la carrera va a ser pasada por agua.

          El primer km es de callejeo y en el segundo ya nos dirigimos a la pista, en donde tendra el verdadero desarrollo de la carrera. En ese segundo kilómetro han llegado por detrás otros atletas, como el amigo Luis Alves y poco después, hemos dado alcance al grupo en donde corre Juan Parejo. Se forma un grupo numeroso en el que se puede correr relativamente cómodo.

         No nos equivocamos al principio y, sin mirar mucho el reloj, a la altura del km 3, ya llevamos una media de 3:45. Otros atletas toman la iniciativa y yo me resguardo dentro del grupo para no minar las fuerzas con toda la carrera por delante.

Llegando al giro de 180º en el km 5,5. Foto: Tina Ramos.


         Sobre el km 4, Ricci y yo nos encontramos marcando el ritmo del grupo y en un momento percibo que el grupo se está estirando y hay atletas que se están quedando. En principio es buena señal pues no tengo la percepción de ir al ataque, sino de ir manteniendo el ritmo y no pasarme.

          Cuando nos estamos acercando al km 5, Ricci va delante y yo hago esfuerzos por seguirle hasta que llega un momento que me desengancho. Parece que voy a hacer la carrera en solitario hasta el final pero un poco más adelante, cuando hacemos el cambio de sentido para volver por la misma carretera, veo que la distancia con los de detrás es mínima.

Llegando a meta. Foto: Ana Mª García


         Tan mínima que al momento Luis me ha alcanzado con otro dos atletas, por lo que somos un grupo de cuatro jugando al "gana o revienta". Porque por momentos uno va tirando del grupo y parece que se escapa pero no lo hace y se queda detrás que parece que no va a seguir. Aunque todo sea dicho, el que peor pinta tenía en ese grupo era yo, ya que me estaba costando Dios y ayudo mantenerme ahí y mi respiración me delataba.

          Pero íbamos recorriendo metros y ahí estaba yo aguantando, siendo consciente también de que iba chupando rueda de los compañeros por mi incapacidad para dar un relevo. Luis, dándose cuenta, me animaba a no quedarme atrás.

            Vamos ya por el 8 y es el último km crítico. Tengo que aguantar aquí un km más porque en el 9 ya estamos en el pueblo y "duele" menos. Y así, al cobijo del Luis y otro atleta de Santa Marta salimos de la pista y nos encaminamos al pueblo. 



           Hubiera sido una buena oportunidad de entonarse en esa leve bajada e intentar ganar posiciones, pero no quería ni podía. No me parecía legal dar un hachazo a quienes había estado "chupando rueda" desde varios kms atrás pero es que, si hubiera querido tampoco tendría fuerzas para hacerlo.

            Así que me centro en completar ese km de forma decente y no estropear más el ritmo medio que, a esa altura de carrera era de 3:47. Como preveía, ese último km dolió menos  y al cruzar la meta continué corriendo unos metros más hasta que mi GPS marcó 10 kms, completando esa distancia en un tiempo de 37:51 y 19º de la clasificación general.

          Finalmente no me alejé mucho de mi estimación de ritmo medio, pero no os voy a engañar de que me frustra que en mi cabeza estén programados mis ritmos de siempre y, en cambio, mis piernas tratan de convencerme de que aquello ya es historia. Probablemente sea así, sean ya historia, pero a empeño no me gana nadie y trabajaremos para acercarnos a la sombra de lo que fuimos.

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35º Cross Peña del Águila. Cuando el tiempo final no marca el éxito de una carrera.

        Es curioso como en una misma prueba, repitiendo el mismo recorrido, un año haces un tiempo bueno y no terminas contento y al año siguiente, tardando un minuto más en cruzar la meta, te vas muy satisfecho a casa. Y es que al final, la percepción que te queda de tu carrera guardan relación con las sensaciones que hayas tenido durante la misma. Básicamente esto es lo que me ha pasado este año en el 35º Cross Peña del Águila.

Podium categoría E. Foto: Oscar Palomo


    Al finalizar la carrera comentábamos algunos corredores cómo esta prueba tiene algo especial que te engancha un año tras otro, y eso mismo es lo que me trajo un año más a estar en la línea de salida en Villar del Rey. No era especialmente optimista, pero venía la motivación de la remontada física que estoy experimentando últimamente después de unos meses poco alentadores.

     En los prolegómenos algo de calentamiento y saludos a los amigos y amigas que normalmente sólo nos vemos en los entrenamientos y las carreras.

      ¡Tomamos la salida! La estrategia es dosificar pensando en la dura subida del km8 (la carrera es de 11 km). En los primeros metros se empieza a destacar el reducido grupo que opta a ganar la carrera. A continuación otro grupo de unos 20 atletas y unos segundos después yo.




       Sin intentar alcanzar a ese grupo grande consigo llegar hasta ellos unos metros antes de pasar por la línea de meta, a la altura del primer kilómetro. Pienso en quedarme ahí detrás para correr cómodo pero adelanto a algunos atletas con facilidad.

        Empezamos a salir del pueblo y poco a poco voy rebasando a gente de aquel grupo de veinte. A lo lejos, más adelante, se ve otro grupo de elegidos, el segundo grupo tras la cabeza de carrera,  pero sé que son inalcanzables. Yo mientras a lo mío, que no es otra cosa que mantener las buenas sensaciones iniciales. Para ello no pienso en posiciones y sólo corro para mí, pero ello me lleva a adelantar a todos aquellos que iban justo delante en el primer kilómetro.

        A la altura del kilómetro 3 un atleta se ha enganchado a mí, y otro corredor va delante mía a pocos metros. A partir de ahí el vacío hasta los inalcanzables.

Cruzando el muro de la presa. Foto: Lali Orrego


      Después de un par de kilómetros de caminos irregulares tocamos otra vez asfalto. En este punto el corredor que me seguía se ha desenganchado  y el que estaba por delante lo tengo ya ahí. Al poco tiempo lo rebaso en una curva la cual yo la corro por dentro y él, inexplicablemente, por fuera. Quizás lo hizo a propósito para correr detrás mía y que yo le marcara el ritmo.

         Corremos juntos durante un km, aunque llevando yo la iniciativa. No me preocupa mucho que me adelante y se marche, porque mis sensaciones son buenas y mi éxito será llegar así hasta meta. Al llegar al muro echo un vistazo atrás y veo que no viene nadie.

          A la altura del km 8 recién hemos cruzado el muro y encaramos la corta pero muy dura subida que marcará el desenlace final. En los primeros metros de rampa siento que mi acompañante se empieza a descolgar. Yo subo decidido y podría hacerla corriendo pero a pesar de que el otro atleta está muy cerca decido caminar unos metros pensando en que bajar pulsaciones me dará el impulso justo para llegar fuerte a meta.

Por la zona de caminos. Foto: Maribel Carballo


         La decisión parece acertada. El chaval se piensa que he flaqueado y aprieta el ritmo hasta llegar hasta mí de nuevo, pero ahora empiezo a correr más suelto y antes de terminar la subida ya no lo escucho y, tras la meta volante, arriba del todo, 2 kilómetros de bajada a tumba abierta hasta el pueblo.

           No me exprimo bajando pero tampoco me freno, por lo que es la propia inercia de la bajada la que me hace correr por debajo de 3:20. Estos datos de ritmo los veo al finalizar la carrera ya que durante la misma no quise mirar el reloj para no agobiarme y que la cabeza me jugara una mala pasada.

          Mucho tienen que correr por detrás para alcanzarme, y si alguien lo consigue se habrá merecido ganarme. Este km en bajada lo hago en 3:35 de media y me siento bien para afrontar fuerte el último kilómetro, y es aquí ya casi llegando al final cuando miro atrás para visualizar riesgos pero veo que nadie está ahí acechando.

             Línea de meta, larga y hacia arriba, que se hace interminable aunque con la tranquilidad de que voy sólo. Cruzo la meta celebrando lo que considero una buena carrera, con un tiempo de 43:47, 10º en la clasificación general y 3º de mi categoría.

           Comparando con la carrera del año anterior, con un tiempo de 42:40, es un tiempo relativamente "pobre", en cambio el año pasado sufrí muchísimo y el desarrollo de la carrera me hizo volver contrariado a casa. Este año he disfrutado mucho compitiendo, estudiando a los "rivales" y, además, ganando la partida a todo aquel con el que tuve la oportunidad de luchar.

          Próxima parada Valdebotoa, el 3 de septiembre.
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Carrera Popular Jarandilla de la Vera. Pisando el cajón otra vez en La Vera

       Es tradición aprovechar que me encuentro por el norte de Extremadura para disputar alguna de las pruebas del Circuito Popular de la Vera. Carreras muy genuinas que tienen un "aroma a atletismo" que sólo te encuentras en estos bonitos pueblos de la zona. Existía la posibilidad de correr en Cuacos de Yuste pero finalmente me decidí por correr en la Carrera Popular de Jarandilla de la Vera.


Uno de los pasos por línea de meta. Foto: Ana Mª García.

       Mucho ha llovido desde que en el año 2015 corrí la primera carrera por La Vera, en Losar de la Vera. Carreras todas muy parecidas, de unos 5 kms, con subidas y bajadas pronunciadas y muy seguidas que no hacen sino cortar constantemente el ritmo, ya había probado también los recorridos de Tejeda de Tiétar, Aldeanueva de la Vera y Jaraíz de la Vera en dos ocasiones. Algo sí que ha cambiado desde aquel primer año: la rapidez de mis piernas que ahora recuerdo con añoranza.

          En el calentamiento sigo las flechas que están marcadas en el suelo para reconocer el circuito al que daremos tres vueltas. La diferencia de Jarandilla con las otras carreras de la zona que conozco es que no existen subidas y bajadas muy seguidas, sino que desde salida hasta la zona más baja es un kilómetro prácticamente todo favorable y en esa zona más baja, que es la Garganta de Jaranda, una subida por un camino de piedra muy inestable y con mucha pendiente, en donde recuperas casi todo lo bajado en el anterior kilómetro. Y de ahí a meta unos 500 metros prácticamente llanos.


La familia esperándome en meta. Foto: Ana Mª García


         Ya en línea de salida, apunto de comenzar y con la incertidumbre de no conocer a los atletas de la zona para saber quién es una buena referencia para saber mi sitio en la carrera. Las zapas son las mismas con las que hice un entreno de montaña unos días antes con más de 800 metros de desnivel. No me traje las de competición en esta ocasión.

     Comienzo con la estrategia de dosificar fuerzas para aguantar las tres vueltas. Siento que un montón de gente va delante mí desde la salida. En esta primera bajada me preocupo de encontrar sensaciones, adelantar algunas posiciones y no tener algún accidente en una zona de bajada de piedras. La densidad de atletas es grande por ahora pero se hace una aclarado cuando llegamos a la subida de piedras que antes comentaba. Ahí gano otras tres posiciones y una vez arriba a recuperar el aliento, dirigiéndonos otra vez a las calles de la localidad para comentar una nueva vuelta al pasar por meta tras un breve callejeo.

       Esta segunda vuelta la comienzo con más confianza y decisión. Haciendo de adivino de edades estimo que estoy en pódium o cerca de él. En la bajada mantengo posición pero en la subida, en la parte final de la misma, decido caminar suponiendo que me beneficiará para recuperar respiración para terminar la vuelta. Fue un error pues no me supuso gran beneficio y además me adelantó un atleta que pudiera ser de mi categoría. Y así terminamos la segunda vuelta sin variar posiciones.

Pódium Veteranos C. Foto Ana Mª García.


       Última vuelta y a vaciarse. Me dejo caer en la bajada, tengo dos atletas al alcance por delante mía pero será complicado alcanzarlos sino "revientan". Si consigo su estela quizás en el último tramo que es más favorable pueda intentar algo.

        La realidad es que las pulsaciones van a tope y al llegar a la garganta, la zona más baja, en el giro a la derecha para comenzar la subida miro para detrás y veo que no viene nadie. Complicado que pueda alcanzar a los delante pero al menos no perderé ninguna posición. Esa subida ahora si la hago del tirón y sin caminar y en el último tramo doy todo lo que queda para pasar por meta tras una leve rampa de subida. Me comentan que crucé en 14ª posición y cuando sale la clasificación compruebo que soy 3º de mi categoría, con un tiempo de 22:27 en 5,27 kms.


Claficación general


          Sumamos un nuevo cajón en La Vera, y ya van 5 en las 6 carreras que hice por aquí. A pesar de la dureza de la carrera me voy con buenas sensaciones y motivación para poco a poco recuperar el terreno perdido en los últimos meses.

        Próxima parada Cross Peña del Aguila, en Villar del Rey.


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VII Carrera por la Diversidad Los Palomos. Con deberes para el verano.

     Hoy se corría en Badajoz la sétima edición de la Carrera por la Diversidad Los Palomos en el parque del río Guadiana. Tras la mejora de sensaciones de las últimas semanas, sacudiéndonos poco a poco la alergia primaveral, tenía interés en ver hasta donde era capaz de llegar en un diez mil.

Primeros kilómetros. Foto: FotoBadajoz


     Poniendo en antecedentes, tras tocar fondo en mi estado de forma física en el mes de mayo, a diferencia de otros años en los que decidía parar de entrenar y empezar pasada la primavera, este año me picó el orgullo y me he propuesto sacar lo mejor de mí y dejar atrás una etapa que dura ya meses en la que no consigo alcanzar mi nivel habitual.

        La salida era algo tardía, a las 10:30 de la mañana y teniéndola casi a la puerta de casa me fui con mucho tiempo a la zona de partida y así ver cómo se disputaba la carrera de 5 km. Mientras charlaba con otros compañeros pudimos apreciar un alto nivel de humedad y cómo atizaba el Sol cuando se retiraban las nubes. No disputaba esta carrera desde que salía de la Plaza Alta, en 2018, por lo que no tengo muy claro por donde va el recorrido.

Con Rafa poco después de la salida.


          Intento tomar la salida con tranquilidad, ver qué "quieren" las piernas y con ello marcar un ritmo de crucero. Aún así el primer km fue el más rápido de mi carrera. Mi grupo de referencia, de atletas con los habitualmente suelo disputar las carreras, se ha adelantado unos cincuenta metros. Sé que ahora no estoy para batallitas y no intento ni puedo hacer nada por llegar a ellos.

            Marco mi ritmo constante con la esperanza de ir poco a poco encontrándome mejor y llegar allá arriba. Los primeros metros son por la margen derecha del río y pronto subimos al Puente de Palma para completar el segundo. Por el camino he ido ganando algunas posiciones y voy alternando posición con un atleta que me serviría de guía hasta el final.

Agonía para llegar a meta. Foto: FotoBadajoz


           Tras cruzar el puente ya vamos por el margen izquierdo dirección al Puente Real. Las sensaciones no acaban de llegar pero veo que en el grupo de delante empiezan a descolgarse algunos atletas, por lo que hay esperanza de ir alcanzando gente. El atleta con el que intercalaba posiciones definitivamente va delante mía, a unos diez metros, y aunque no llego hasta él utilizo su estela para seguir su ritmo.

            Al llegar al Puente Real hay algo de confusión y hacemos un tramo un poco extraño para hacer el giro de 180º. Tanto que hemos hecho metros de más y nos hemos saltado un avituallamiento. Se está echando de menos algo más de señalización.


Trofeo 1º Master C


           De vuelta al Puente de Palmas el reloj "chiva" que el cuarto km lo he hecho a 3:56. ¡Y yo pensando que iba al menos a 3:45! Pero la verdad es que los que van delante, en la distancia, van aún más lento porque están algo más cerca, pero aún queda mucho para alcanzarlos. 

            Los siguientes dos kms, el 5º y 6º, son de asumir que más no hay. Terminemos dignamente y, al menos, mantener posición, pues creo que voy en pódium. Falta media carrera y ya cuesta mucho seguir compitiendo. Confío que cuando entremos de nuevo en el parque del margen derecho, el sentir el tramo final de carrera me hará venirme arriba.

           ¡Error! Tras hacer el km más lento en el 6, a 4:03 (también mi km más lento en un 10k en muchos años) cruzo el Puente de Palma y ya estamos en el dicho parque. Las sensaciones ya son fatales, dudando si voy a aguantar la intensidad al final.


Podium Master C. Foto: Rafa Barreto


            Dirección oeste, hacia el Puente Real, hay dudas sobre el punto en dónde nos volveremos para dirigirnos a meta. Mi atleta de referencia sigue ahí, a unos 10 metros. Ya he decidido que, salvo que éste "reviente", no voy a disputarle la posición ya que estoy utilizándolo para mantener mi ritmo.

            El grupo delantero no ha sucumbido y finalmente no voy a llegar hasta él. Sí que adelanté a un atleta pero también me adelantó otro.  A lo lejos veo que finalmente vamos a girar al final del parque, al llegar al puente, aunque en meta me enteré que algunos atletas de cabeza de carrera hicieron el giro antes y fueron descalificados por ello.

            En un intento de motivarme confío en que al girar hacia meta, a falta de 1,5 km, correr por asfalto y con aire a favor me ayudará. Y en parte sí fue así. Pero se me hacía tan lejana la meta que bajaba la mirada al suelo e intentaba no pensar en nada, sólo en correr como lo hago por ahí a diario. Así fui culminando sectores (parque canino, restaurante Rana Loca, Puente de la Universidad...) 

Post carrera. Foto: Juan Parejo


            Por fin se ve meta. Controlo que por detrás no llegue mi amigo Rafa para mantener posición y cruzo meta con tiempo final 38:22. 10º de la clasificación general y 1º de mi categoría. 

           Sabiendo que estoy muy lejos del nivel que puedo dar, el día de hoy no hace más que motivarme a hacerlo, a conseguir llegar hasta ahí, a ser yo compitiendo, ¡sentirme fuerte!  No estoy bien, pero ¡¡ llegaré !! Ya tengo los deberes para el verano.

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Noctura de Talavera la Real 2023. Sabor a sangre al cruzar la meta.

      Estamos en primavera y muchos de los que leéis esto sabéis lo que supone a la hora de rendir físicamente. La capacidad pulmonar se reduce y la sensación de fatiga es constante, y esto es algo que no lo corrige el descanso. Puedes parar y esperar a que llegue el verano para retomar los entrenos o puedes asumir que tu rendimiento será mucho menor y aguantar "el chaparrón" durante casi dos meses. Tienes una tercera opción que es tirar de masoquismo y correr un 5k para no olvidar lo que es el sabor a sangre al terminar la Nocturna de Talavera la Real.

Ultimos metros en recta de meta. Foto: Organización

       Los entrenos últimamente me estaban saliendo pésimos, con fatiga muscular y pulsaciones por las nubes en rodajes suaves. Con entrenos de calidad incompletos o cancelados por este motivo, lo normal hubiera sido no plantearse correr esta carrera, pero este año he tirado de orgullo y la estrategia es no perder mucho en esta época y llegar al principio de verano en las mejores condiciones, por eso correr esta rápida carrera sería obligarse a hacer un entreno de calidad.

       Y allí nos presentamos en una tarde noche bastante fresca y con algo de viento para intentar disfrutar de esta carrera. Y digo intentar porque estaba convencido de que iba sufrir lo indecible. Pero también se trataba de encontrarte con la gente y disfrutar con la familia del post carrera que ofrecía la organización en la zona de salida y meta. Sé que voy a estar a años-luz de mi mejor carrera aquí, en la edición de 2018, cuando la completé a ritmo medio de 3:24.



         Tras cuatro kms de calentamiento me presento en la ancha línea de salida dejando que los más rápidos sean los que ocupen las primeras líneas. Situado en uno de los laterales de la calle me doy cuenta que tendré que hacer una salida rápida para pasar al centro de la carrera ya que unos cien metros más adelante se producía un embudo con las vallas de meta.

         Estamos ya en marcha y a pesar de no querer acelerarme sé que la intensidad es alta. En estos primeros metros hay mucha gente por delante pero ahora toca poco a poco ir ganando esos puestos.  Al principio muchas posiciones de golpe y posteriormente más progresivamente. 

           Aunque quiero controlar mucho las sensaciones el riesgo de reventón esta ahí por las condiciones físicas que antes comentaba, pero me encuentro muy bien a pesar del ritmo alto. Ritmo que supongo alto porque no miro el reloj en toda la carrera para no condicionarme. No lo sabía, pero el ritmo en los dos primeros kms fueron de 3:33 y 3:41.



           Terminando la primera vuelta me he quedado sólo en tierra de nadie. A quienes he adelantado se ha quedado muy atrás y por delante tengo un grupo de unas siete personas unos 100 metros.

             Al empezar la segunda vuelta he ganado confianza porque estoy aguantando bien y sé que puedo terminar la carrera yendo a más. El grupo de delante tiene buen correr, van juntos y es difícil de alcanzar pero, por estadística, alguno de ellos no podrán aguantar hasta el final y bajarán el ritmo, así que no hago intento de ir a por ellos y me dedico a mantenerme y esperar.

           km 3 en 3:41 y el grupo de delante empieza a disgregarse. ¡Nos vamos de pesca! Alcanzo primero a un atleta y al poco llego hasta la primera chica de carrera y un atleta que Montijo que corrían juntos. Me quedo tras ellos unos metros para recuperar un poco de sensaciones, porque cuando digo que voy bien es que sé que voy a aguantar hasta el final a esa intensidad, que no quiere decir que no lo haga sufriendo. Así que en esos metros intento recuperar algo de aliento para posteriormente ganar esas dos posiciones y seguir firme hasta meta.

         km 4 en 3:43 y estamos en el último km.  En mi objetivo de llegar a meta sin claudicar voy acercándome a más atletas pero me van a faltar metros para rebasarlos. Y así ya en recta de meta no hay opción más que a ganar algunos segundo más y sacar una velocidad media de carrera decente.

Un pódium ni mucho menos esperado. Foto: Ana Mª García.

              Cruzo meta en un tiempo de 18 minutos y 3 segundos, con un puesto 26º de la clasificación general y un 3º puesto de mi categoría.

          Alegría inmensa por hacer un 5k con una media de 3:39 que invita al optimismo de pensar que si he sido capaz de correr a este ritmo en estas condiciones, cuando pase la primavera y habiendo entrenado bien el verano puede ser muy productivo.

        

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Media Maratón de Mérida 2023. La primavera el ritmo altera.

         Fue en noviembre cuando, al poco de abrirse el periodo de inscripción, me apunté a esta carrera. ¡¿Cómo no voy a correr la Media Maratón de Mérida?!. Es una cita casi obligada. Pero lo que no pensé entonces es que en abril no iba a estar en las mejores condiciones como para competir 21 kilómetros.



          La realidad es que de esta circunstancia he sido consciente el domingo pasado, cuando corrí en la Media Maratón de Alburquerque, y ya lo estaba pasando mal desde los primeros metros. Pero a Mérida ya estaba inscrito y no quería dejar la oportunidad de disfrutar de una de las grandes carreras extremeñas, a pesar de que el enfoque competitivo debería ser distinto al habitual.

          Me desplazo con la familia con la tranquilidad de que mi amigo Fran ya nos había recogido el dorsal. Cuando nos reunimos el grupo de amigos nos vamos calentando hacia meta. Por suerte el sábado ha salido el día más fresco de la semana y no vamos a pasar el calor que temíamos, ya que la salida es a las 7 de la tarde.

         Nos metemos en el primer cajón a esperar el cañonazo romano que dé la salida. La estrategia es empezar con tranquilidad y ver qué ritmo es asumible para los 21 kms. De inicio es una incógnita dada la sensación de pesadez muscular que arrastro desde hace varias semanas.

          Hago una salida contenida y eso hace que me vea adelantado por mucha gente, pero esta vez, más que nunca, voy a competir contra mí mismo. Los dos primeros kms recupero algunas posiciones a ritmo de 3:50 y ya en el tercer km, al mismo ritmo, encuentro mi posición en carrera. Hay mucha gente delante mía, más de lo habitual, pero hoy estamos a otra cosa.

           La respiración es fatigosa, más que la de los atletas con los que voy corriendo y en la primera dificultad, la subida por la Avenida Reina Sofía el ritmo baja a 3:58. La posterior bajada, hasta la rotonda en donde cambiaremos de sentido, relajo la intensidad y aprovecho la inercia para gastar la mínima energía posible. 

       Tras dicho giro entramos en el Circo Romano en el km 6. La intensidad es alta, no así el ritmo, pero "hemos venido a jugar" y si hay que reventar por el camino se revienta. En el km 7 una ligera subida por la Avenida de Extremadura para después un km 8 con desnivel favorable en el que, ayudado por otro corredor con el que compartí unos kms, hice el km más rápido, a 3:46.


       Fue un espejismo pues a partir de ahí el ritmo bajó progresivamente hasta correr hasta el final por encima de 4:00. El corredor que antes comentaba me alcanzó en el Circo Romano y se mantuvo detrás mía un par de kms, después me rebasó pero hacía intención de que no quedara atrás, mirando constantemente y incluso rebajando su ritmo. Llegamos a mantener una corta conversación sobre la Maratón de Badajoz y pasamos el km 10 juntos (39:02).

       Durante el km 11 hago verdaderos esfuerzos por no descolgarme, incluso por ponerme a su par para colaborar, pero a partir del 12 ya me fue practicamente imposible.

       Al paso por el Puente Lusitania iba bastante tocado. Era el km 13 y quedaba por delante mucho camino y lo más complicado. Y fue en el km 14, en una calle en subida en donde mi mente dijo basta de sufrir y me paré a caminar unos segundos para bajar una pulsaciones y volver a arrancar a correr, pero esta vez con la única finalidad de llegar a meta.




       A partir de ahí consigo una velocidad de crucero de alrededor de 4:10 que me permite correr dignamente lo que queda. Pero por quedar aún queda el tramo más duro, la subida por la Avenida Lusitania.  Casi un kilómetro y medio en ascensión, pero sé que ya es la última rampa por lo que la sufro hasta casi vaciar mi reserva de energía. 

        Una vez arriba nos encaminamos a entrar en el Anfiteatro, y es ahí en donde me adelanta el gran Martín Fiz, al que no perdería ya de vista hasta el final. No disfruto para nada el paso por el anfiteatro y los dos últimos kms se me hacen eternos, sobre todo el paso por la Plaza de España en el último km, pero ya estamos ahí, ya está acabando todo y ahora no se pueden bajar los brazos.

        Por fin la meta está ahí. Mi tiempo final 1:24:07, que no es de los mis mejores marcas pero me ha costado un sufrimiento inmenso conseguirla. 59º de la clasificación general y 7º de categoría.

         Después de estas dos últimas carreras miro el calendario de carreras de otra forma, porque lo de menos es no estar a mi nivel habitual, pero el problema es que sufro en exceso. Me plantearé si esperar a tiempos mejores para volver a competir. Es tiempo de tener paciencia y esperar que pase la primavera.


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Media Maratón Alburquerque 2023. Circuito espectacular y exigente.

      Vuelta a la competición en este domingo de abril después de la Maratón de Badajoz. Un año después me presentaba otra vez en esta Media Maratón de Alburquerque, con circuito renovado y la incógnita de si a estas alturas aún quedaba algo de la maratón en las piernas, ya que desde aquel 12 de marzo he bajado mucho tanto la intensidad como el volumen de kilómetros.

Apretando los dientes en los últimos metros. Foto: Ana Mª García


        La hora de salida se adelantó media hora en previsión del calor que iba a hacer pero, aún así, ha sido insuficiente pues creo que, en general, la gente lo ha acusado en exceso. Por lo demás se trata de una carrera bien organizada, cuidando los detalles, y que transcurre en la mayoría de los kilómetros por una preciosa dehesa extremeña. Además tiene una carrera paralela de 11 kms.

         Este año, en la media maratón, se ha variado el circuito respecto a la edición del año pasado, estando la salida y meta en la plaza del pueblo. Los tres primeros kilómetros transcurren por la localidad, subiendo al Castillo de Luna y corriendo por sus laderas. Tres kilómetros bastante  duros por calles con muchas pendiente, en donde te calientas bien a base de pulsaciones altas y, cuando ya estas bien preparado "te tiran al campo" a correr los otros 17 kms. Inicio duro pero indudablemente acertado y bonito.


         Personalmente, en los primeros compases de la carrera ya pude apreciar que no estaba con la soltura al correr que tengo habitualmente. Las pulsaciones y respiración excesivamente acelerados para unos ritmos no muy altos. Quise esperar a salir del pueblo para chequear las posibilidades pero, una vez corriendo con perfil favorable pude comprobar que por baja forma, por alergia, calor o lo que sea no corría como suelo hacerlo.

        Así, en los primeros 5 kms, tenía un grupo de referencia con otros tres atletas pero, a partir de ahí, vistas las malas sensaciones, decidí que no estaba para competir y que completaría el recorrido como si un entreno fuera, a lo que quisieran las piernas, sin exigir en exceso. Esto hizo que estos tres atletas se me fueran hacia adelante, llegando incluso a perderlos de vista entre las cuestas y las encinas.

Primeros kilómetros por las empinadas calles del pueblo. Foto: Ana Mª García

      Los 12 primeros kms son de un perfil que tiende a la bajada, aunque de vez en cuando nos encontráramos con alguna pequeña cuesta. La verdad es que voy tocado, planteándome hacer una parada en el km 10 para recuperar un poco la respiración, pero agacho la cabeza y poco a poco voy sufriendo los kms, que van cayendo uno tras otro.

      En estos primeros 12 kms voy intentando guardar algo de energía, corriendo en las bajadas por inercia y cero intensidad, pues a partir de ese punto kilométrico emprendemos el regreso a Alburquerque y el perfil "mira" para arriba. Y es precisamente en ese punto de inflexión entre la bajada y la subida en donde vuelvo a tener un contacto visual con los tres atletas que me preceden. Yo no voy bien, pero el resto tampoco va  suelto.

       En los avituallamientos camino mientras bebo, porque si lo hago corriendo sé que voy a sufrir mucho después con la respiración. Corriendo sin intención de competir veo que los de delante están cada vez más cerca, ya a unos 200 metros.

Perfil de la Media Maratón de Alburquerque 2023.


        Por suerte este año han quitado la fuerte subida que estaba a mitad de carrera, por lo que el perfil se suaviza bastante. Aún así, es un circuito exigente, sin cuestas excesivamente largas y pronunciadas pero los cortos intervalos de subidas y bajadas van minando poco a poco la musculatura. A la altura del km 14 he conseguido superar a uno de los atletas de delante. El siguiente aparenta buen correr por lo que ni me planteo alcanzarle.

         En el km 16 tomamos un camino que lleva casi recto hacia el pueblo. Dicho camino es de constante subida, aunque no demasiado pronunciada. Aquí es donde veo que estoy alcanzando al otro corredor. Cuando estoy llegando a él, dudo  si quedarme un rato con él a recuperar sensaciones, pero decido abstraerme y pensar que corro solo, manteniendo mi ritmo, por lo que lo adelanto y sigo mi camino.

         Finalmente, sin querer competir lo estoy haciendo. Ahora por delante si que ya no queda nadie por lo que queda llegar a meta vivo. Por momentos siento que mi correr es algo más ágil, motivado por los adelantamientos y porque son los kms finales.

       A falta de dos kms a meta rebaso a otro corredor y cuando entramos en el último km veo a otro que va alternando caminar y correr. Ya de nuevo en el pueblo consigo adelantarlo a falta de unos 500 metros a meta. Voy muy tocado pero no se me puede escapar ninguna de las posiciones ganadas, peligrando sobre todo esta última. Pero aprieto los dientes en los últimos metros y consigo entrar en meta conservando posición, que sería el 11º de la clasificación general y 5º de mi categoría, con un tiempo de 1:28:53.

        En general malas sensaciones en la carrera pero satisfacción de haber sacado partido a lo poco que tenía, sabiendo conservar energías para utilizarlas en la parte final, que era la más dura. Próxima parada Media Maratón de Mérida, dentro de 6 días.

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