Crónica de la Media Maratón Villa de Montijo 2018. Se impone la realidad.

Hoy es uno de esos días de sensaciones encontradas, de no saber si mi estado de forma es bueno o no, de pensar que me engaño a mi mismo. Durante la Media Maratón de Montijo que hoy disputé no he sentido que mis piernas flaquearan hasta los últimos km, pero los ritmos ya no salían desde el km 6. Hace unos 20 días la media de Sevilla tampoco salió como estaba previsto, y tampoco hubo un desfallecimiento de las piernas claro.

Puede que hayan sido dos días en los que no salieran bien las cosas, pero hay que plantear la posibilidad de que la realidad sea que no esté para cosas mayores. En noviembre, practicamente a principio de temporada, salió una media maratón dentro de la hora y 17 minutos, en la Elvas-Badajoz, y me las prometía muy feliz para el resto de temporada porque, a partir de ahí, todo sería progresar. 


De ahí un poco mi frustración de no volver a llegar a esos tiempos de noviembre, a pesar de tener más entrenamientos en las piernas y más recorrido esta temporada, y a pesar de haberlo intentado en recorridos totalmente llanos y con condiciones favorables. ¡Claro que 1:18 es un tiempazo! Eso no lo duda nadie y son tres medias esta temporada con ese tiempo o menos.

En la carrera de hoy hice como ya expliqué en la entrada previa en este blog en días pasados: salir ya a ritmo vivo para no perder tiempo en la salida. No fue mal porque no tuve que adelantar a mucha gente, como en otras ocasiones y pronto cogi un grupo de referencia. Ahí me mantuve durante 5 kms, con ritmos por debajo siempre de 3:40. Aunque no me encontraba tan cómodo como quisiera iba bien, y era el ritmo a seguir si quería conseguir mi propósito de 1:17. Ibamos haciendo relevos, todo tenía buena pinta.


Fue a raíz del avituallamiento del km 5 cuando me descuelgo un poco de ese grupo, pero no me preocupa en exceso porque había "galgos" considerables a un nivel muy superior al mío. Así que sigo corriendo siguiendo mis sensaciones y ahí hago pareja con  Jesús Montero, de ASFAS, con el que estaría 8 o 9 kms más.

Los ritmos nunca volverían ya a bajar de 3:40, incluso en algunos kms muy por encima. Iba haciendo relevos con Jesús, pero una vez cruzado Barbaños (pedanía de Montijo) me constaba cada vez más tomar la alternativa. Lo intentaba pero irremediablemente me tenía que volver a su espalda para poder aguantar. Aunque por fin parecía que podía dar un relevo, a la altura del km 14 le pierno la aspiración a Jesús y me quedo corriendo sólo por detrás. Así sería hasta cruzar la meta.

Lo iba pasando mal pero los tiempos no estaban siendo malos del todo. He de confesar que pasé al menos un par de momentos en los que estuve al borde de abandonar y continuar al trote hasta meta, pero pensaba en que en maratón iba a tocar sufrir y que el día de hoy sería un buen entrenamiento si continuaba con la agonía.

Los últimos kms corriendo por Montijo fue un calvario. Cualquier rampa me parecía una gran cuesta y el viento, que no era excesivamente fuerte, parecía que me paraba. Pero ya estaba en el tramo final y había que continuar corriendo con intensidad para por lo menos conseguir 1:18.

Y por fin recta de meta. Con las reservas de fuerzas vacía la recta final parecía interminable, con infinitos arcos hinchables y sin poder vislumbrar cual de ellos era la meta. Ya alcanzo a ver el reloj del arco de meta marcando 1:18:35, y veo que voy a entrar dentro de ese minuto, como finalmente fue. Lo hice con un tiempo oficial 1:18:47, siendo el 27º de la clasificación general y el 12º de la categoría Master A.

Tenía planteado hacer la Media de Mérida dentro de 15 días, pero después de lo de hoy es vano intentar nada, y menos en esa prueba con perfil poco favorable. Mejor guardar fuerzas para la Maratón de Badajoz y, aunque no vamos a hacer marca personal porque no se ha entrenado para ello, por lo menos que salga una carrera digna.