Hace ya unos años
que Nike nos sorprendió con una nueva tecnología para las zapatillas que
llevaría Eliug Kipyoge en su intento de bajar de las 2 horas en una maratón.
Por entonces nos llevábamos las manos a la cabeza por la existencia de un calzado deportivo con una placa de carbono que lo hacía más reactivo y, por tanto, ayudaba a correr más rápido. Al poco tiempo la élite del atletismo no quiso dejar pasar
el tren de ganar unos segundos en sus marcas y, a día de hoy, su uso está muy
extendido incluso en el atletismo popular. Pero el que escribe estas letras
está empeñado en convertirse en el último reducto de atletas que huyen de esta
tecnología. Yo no quiero placa de carbono en mis zapatillas.
Y con estas
palabras no quiero entrar en que me parezca bien o mal que haya quien las
utilice. Puedo incluso entender su uso en quien se está jugando una beca, una
plaza en un campeonato europeo, un mundial o una olimpiada, o incluso en quien
opte a ganar carreras aunque sean populares, porque si no las utiliza habrá
otro que sí lo haga y estaría sino en desventaja competitiva.
Del resto de los
mortales, de los que estamos excluidos del párrafo anterior, de los que
completamos el resto del pelotón es respetable la opción de intentar mejorar
sus tiempos con estas zapatillas. Por supuesto, cada uno es libre de hacer lo
que le venga en gana sino perjudica a los demás.
Como habéis
podido intuir yo no soy partidario de usarlas. Soy una persona muy competitiva,
pero sobre todo lo soy conmigo mismo. Me encanta luchar por mejorar mis
tiempos, por superarme, me encanta sentirme rápido y fuerte, pero conseguir
superarme con ayuda de unas zapatillas siento que es engañarme a mi mismo.
Reto Ineos de Eliud Kipchoge Foto:roadrunningreview.com
No me supone nada terminar el 10º o el 40º clasificado en una carrera, ni siquiera perder un pódium si la causa es el no uso de la placa de carbono. Pero sí le doy importancia al tiempo o el ritmo que haya conseguido. ¿Qué significado tiene hacer marca persona en un 10k si en mi anterior mejor tiempo no tenía esa ayuda? Y sobre todo la pregunta más lapidaria ¿Habría conseguido esa mejor marca si hubiera corrido con unas zapatillas sin placa de carbono?
Entiendo que
todos mis tiempos anteriores al uso de estas zapatillas perderían valor en
cuanto no se pueden comparar con otros tiempos actuales en los que he contado
con la ayuda. Me gusta saber que estoy más cerca o más lejos de mi estado de
forma óptima teniendo en cuenta los datos recogidos durante todos años que
llevo corriendo.
Por eso yo prefiero seguir sabiendo que soy capaz de correr una media maratón a ritmo de 3:40 real, o que, como en mi última carrera, saber que puedo correr 7 kms a 3:35. Y cuando con la edad no pueda conseguirlo, me gustaría conocer cual es la pérdida real.
Sus defensores también argumentan que no sólo es correr más rápido, sino que también la sensación de fatiga es menor y la recuperación post carrera más rápida. Sigo prefiriendo conocer la realidad de cómo de rápido me recupero de los esfuerzos, aunque con los años esta recuperación sea cada vez más lenta.
Quien sabe si en el futuro me tengo que “comer” mis palabras y pasar por el aro de calzarme estas zapatillas porque no me quede más remedio. Ahora mismo no encuentro una razón que me llevara a hacerlo, pero sí puedo asegurar que, si ese día llega, la razón no va a ser el poder correr más rápido.
¿Lo próximo será correr siempre con viento a favor?