Crónica San Silvestre Pacense 2017. Del desastre a marca personal.

Se trataba de cerrar el año con buen sabor de boca, y no me refiero a hacer un buen tiempo ni tener buenas sensaciones, sino a volver a competir después de casi dos meses y poder disfrutar de un gran ambiente de atletismo en donde saludar y felicitar el nuevo año a los amigos de nuestra bendita locura. 

Antes del primer giro de 180º con un numeroso grupo

Ya dos días antes había gozado de un aperitivo en Talavera estrenándonos en un canicross con mi perro y consiguiendo la victoria (lo conté en la página de Facebook de este blog), pero aun siendo una gran satisfacción, a nivel físico no me supuso ningún esfuerzo extra. Lo serio vendría este domingo, a donde no llegaba en el mejor de los momentos, como explicaba en la entrada que escribí esta misma semana y, además se sumaba un nuevo factor para hacerlo aún más complicado.
Victoria de Zuma en el Canicross de Talavera la Real

Son épocas de fiesta y no hay excusa deportiva que se anteponga a pasar una buena velada con buenos amigos. Y eso fue lo que pasó la noche antes de esta carrera, y a pesar de que no se alargó en exceso hasta las 4:30 de la mañana no empecé a "planchar" la almohada. Siendo yo alguien al que la falta de sueño me  afecta sobremanera, estaba seguro de que lo iba a acusar mientras competía. Como comentaba esa misma noche... se mascaba el desastre.

Como la carrera era a las 11:00 de la mañana y, además, estaba cerca de casa podría apurar más los tiempos para descansar un poco más. Aún así llegué con tiempo a Parque de la Margen Derecha del Guadiana, en donde tendría lugar la prueba. Además de charlar un rato con otros compañeros pude hacer un buen calentamiento de más de 4 kms para espabilar bien las piernas.

Con Raquel minutos antes de darse la salida

La salida se alargó bastantes minutos porque tuvieron que actuar las asistencias médicas en la zona del circuito, y hasta las 11:24 no empezó la carrera. Al fin arranca la prueba y nos disponemos a dar una vuelta completa al parque. El primer km y pico es sobre asfalto y con viento a favor. Aunque quiero salir conservador e ir de menos a más, las piernas me ponen en las primeras plazas antes de llegar al final del parque. Cuando llegamos al giro de 180º va en cabeza un primer grupo con Javi Echave, Chamizo y otro atleta, justo por detrás Montero y Feijoo, y a continuación un grupo de 8 o 9 atletas entre los que me encuentro.

A partir de este giro tocan correr a casi 5 km con viento de cara. Si bien no era excesivamente fuerte, sí que era incómodo y se acusaba en los ritmos. La iniciativa del grupo del grupo dentro del parque la llevamos sobre todo Antonio Amaya y yo, recordándome momentos de la Maratón de Badajoz. Fran también aparecía por allí en ocasiones para a correr a la par con nosotros. El camino era estrecho ahí y no facilitaba los relevos. No había aún mirado para atrás para no perder la concentración, aunque sentía que el grupo era numeroso. 

Corriendo por el parque en la primera parte de la carrera


Una vez salimos del parque, pasamos por debajo de Puente Real y tomamos la carretera bordeando el Guadiana hacia el azud los relevos eran más frecuentes por los espacios son mayores. Ya por alli pude ver que acompañaban también Rafa Domínguez y Carlos Mahedero.

En esta carretera el viento sigue de cara y otros atletas toman la iniciativa de tirar del grupo. Aunque el aire dificulta correr me sorprende encontrarme a estas alturas corriendo ahí y, en cierta manera, sin agobios. Cierto que no era fácil dar relevos pues el ritmo que iban marcando otros compañeros era exigente. En esta parte final de viento desfavorable los ritmos rondaban los ritmos eran 3:41 - 3:43 - 3:42.


Por fin llegamos al azud, otro giro de 180º y algo más de 3 kms para llegar a meta. Ahora sí, con viento a favor se corría a ritmo mayor, bajando ya siempre de 3:40. Ahora toma el relevo Fran y Juan García de tal forma que irremediablemente dejan al grupo atrás sin posibilidad de seguirles. Tanto se estira el grupo que se rompe definitivamente quedando delante Rafa conmigo detrás a unos 4 o 5 metros tras su estela. Los atletas con los que nos siguen poco a poco se van haciendo mayores.

Y esa fue ya la disposición hasta el final. Yo me dejaba el pellejo por no perder la estela de Rafa, al que por momento parecía que iba a alcanzar, aunque casi llegando de nuevo al Puente Real le dije mi intención de no intentar pasarle si su ritmo no flaqueaba. La realidad final fue que aunque hubiese querido no hubiese podido pues el último km se me hizo cuesta arriba.
 
Recibiendo el premio por terminar entre los 5º de mi categoría

El esfuerzo empezaba a pagarse, pero la reentrada en el parque y visualizar el arco de meta cada vez más cerca no permitía desfallecer a estas alturas. En un par de vistazos atrás veía que Carlos Mahedero no iba a alcanzarme, así que se trataba únicamente (y no era poco) de continuar igual hasta una meta que estaba llena de espectadores esperando a los atletas.

Aún no sabía en que tiempo había terminado, y al hacerlo mi sorpresa fue que había mejorado mi mejor tiempo en los 10 km en 5 segundos, marca que hice en primavera del 2016 en el Rui Nabeiro de Elvas. Tiempo final oficial de 36:18, con un 9º puesto en la clasificación general, y un 4º puesto de mi categoría que me daba acceso a premio. Ritmo promedio de 3:38 minutos por km.

Me queda la duda de si el tiempo hubiera sido mejor si hubiese descansado bien o simplemente no me afectó, aunque sigo sin cambiar la noche con amigos por unos cuantos segundos. Estoy realmente convencido que esa mejor marca debiera estar en 35 minutos y no en 36. A ver si en este 2018 es posible conseguirlo.