San Silvestre Pacense 2023. Fin de año en positivo.


       "Las tradiciones están para cumplirlas" se dice por ahí y hay una tradición runner muy extendida que consiste en terminar el año corriendo, ya sea entrenando o compitiendo. Fiel a este lema, aproveché que en este último día teníamos la San Silvestre Pacense a las "puertas de casa" y así, además de cumplir la tradición aprovechaba para comprobar los progresos.



Km 3, por el parque. Foto: FotoBadajoz


           Después del Guadiatón de hace dos semanas, en donde completé los 10k en 38:40, me fijé como objetivo una mejora de al menos 20 segundos en la misma distancia para esta San Silvestre, aunque he de confesar que antes de tomar la salida hubiera apostado en quitarle más tiempo a esa marca.

         Las primeras horas de la mañana son de una niebla muy densa pero sin excesivo frío, pero a medida que se acercaba la hora de la carrera la niebla iba levantando dejando paso a una incómoda brisa provocando una sensación térmica de bastante frío.


          Tras tomarme mi tiempo en un calentamiento tranquilo me voy hacia línea de salida. Vista la dirección suroeste del viento (10 km/h), la estrategia es llegar lo más entero posible al giro del km 6,5. A partir de ahí el viento ayudaría todo lo que antes habrá molestado, pero si se llega sin piernas a ese punto de nada valdrá la ayuda. Me marco no correr más rápido de 3:45 el km, a la postre se vería que pecaba de optimismo.

         La salida es limpia y en seguida me ubico en mi lugar en la carrera sin necesidad de adelantar a ese grupo de corredores que suelen tomar la salida a tope. Pronto me encuentro ahí con Alberto, amigo con el que suelo compartir kms en competiciones, como en esta ocasión  haríamos más de media carrera juntos.

         Corremos por el Parque del Guadiana, hacia el puente de la Autonomía, el aire es favorable y tengo que contenerme para no pasarme de ese ritmo establecido. Pero la historia cambia al llegar al final del parque y volver por el camino de tierra, ahora con el viento en contra continuamente durante 5 kms.


Llegando a meta exhausto. Foto: Ana García 


          Con la misma intensidad el ritmo ahora ronda los 3:50. Por ese lateral del parque sigo corriendo con Alberto con la dicotomía de correr lo más rápido posible chequeando en cada instante la energía para no vaciar las reservas antes de meta. 

         A la altura del km 3 alcanzamos a dos corredores. Inicialmente me protejo detrás de ellos pero al poco los rebaso y me pongo por delante, aunque ellos se quedan detrás y no se descuelgan.

          Hemos llegado al final del parque y nos encaminamos a la carretera del azud. 2,5 kms de ida y otros 2,5 de vuelta. Hasta aquí he llegado "vivo" pero llega la cosa se complica ahora. Carretera llana pero muy abierta, sin obstáculos, lo cual hace que el viento de frente reduzca aún más el ritmo, siendo este sector de ida el más lento de toda la carrera con ritmos medios de 4:00. Alberto toma la delantera y yo sólo puedo mantenerme tras él, intentando al menos ponerme junto él para también servirle de ayuda pero sin éxito. Hemos alcanzado a Javi Fernández, que parece que nos ha esperado pues es capaz de ponerse a marcar el ritmo.


Foto: Ana García 


           Hay que tener cabeza fría y asumir que no es posible correr más rápido hasta que no vengamos de vuelta. Los dos corredores que adelantamos en el parque se mantienen detrás nuestra, ya que no hemos conseguido meter un ritmo que los haga descolgarse. Llegando al final de la carretera empezamos a cruzarnos con los primeros lo que nos espolea y nos hace correr un poco más rápido.

           Al cruzarme con mi amigo Juan me dice algo que no entiendo en su totalidad pero sí me llega la clave de su mensaje: "llegar hasta el giro", que interpreto que a partir de ahí la carrera es otra. Efectivamente así fue.

           Fin de carretera, giro de 180º para buscar el parque y ahora viento a favor. La gente empieza a soltar lo que tiene guardado. Alberto se va hacia delante, y me adelantan los atletas que iban detrás. A pesar de correr ahora por debajo de 3:50 sólo puedo mantenerles la estela.

            A la altura del km 7 paso un momento crítico, más mental que físico, en el que tengo la sensación que no voy a llegar a meta y casi me veo parando. Pero aguanto intentando evadirme en otros pensamientos o simplemente concentrarme y no pensar nada. Javi me dice que me ponga tras él para aprovechar el ritmo y eso me saca del momento crítico, aunque casi lo tiro al suelo al tropezar nuestros pies.


Hasta aquí llegó 2023. Foto: Ana García 


          Al km 8 la sensación es distinta ya que, aunque corremos cada vez más rápido, las piernas van fluidas con una respiración más estable. Me encuentro mejor y espero el momento en que volvamos a entrar al parque. A partir de ahí faltarán unos 700 metros en los que bastará con apretar los dientes. 

        Este último km es el más rápido de todos, a 3:42, para entrar en meta exhausto en un tiempo de 38:18 sin ganar ni perder ninguna posición más. La posición final no la tengo muy clara, tampoco hay clasificación oficial, pero entre el 16º y el 20º.

           No es la previsión optimista de bajar de 38 minutos pero sí cumplo la previsión realista, la que decía que la progresión lógica serían unos 20 segundos sobre el pasado Guadiatón, cerrando así con saldo positivo el 2023.