Crónica de la V Media Maratón Valdigüelo. Mejorando y de nuevo pisando cajón.

     Carrera que se ha vuelto fija en mi calendario de participaciones en pruebas. Además de disfrutar de una buena organización y bonito recorrido, es una buenísima "piedra de toque" para ver cómo nos encontramos para afrontar una media maratón y sirve como un entrenamiento de calidad inmersos en una preparación de objetivos venideros.

     Antes de empezar habíamos tenido un contratiempo que casi nos hace no tomar la salida. Con mi coche recojo a mi compañero Angel que me acompaña en este viaje, y tanto nos metidos de lleno en la conversación que nos pasamos de largo el desvío hacia Santa Marta. Vuelta a toda prisa y llegada a tiempo pero muy justitos, sin tiempo a calentar, sólo 3 minutos antes de que se diera la salida.

Algunos de los atletas del CAB en esta carrera

      Así que la salida me la tomo con calma para ir poco a poco entrando en calor y no ir de inicio a contrapié. Mucha gente por delante pero vamos cogiendo en seguida el ritmo y vamos adelantando. Aún en el segundo kilómetro llego a un grupo de atletas, con la inercia voy a adelantarlo también pero al llegar adelante veo que el siguiente grupo son los cuatro o cinco que van en cabeza bastante más rápido que nosotros. Así que para no lanzarme a la aventura tan pronto me quedo ahí buscando un ritmo sin agobios.

       A partir del km 3 ya empieza la primera subida. No es la más dura pero si la más larga y constante. Yo no estoy entrenado para este tipo de terrenos así que la estrategia es dejar de correr y echar a andar cuando sienta que las pulsaciones se pasan de vuelta. De esta manera sólo llego a perder una posición al llegar arriba, pues atletas que no paraban de correr no adelantaban mucho más que yo. De esta manera no me reventaría de cara al resto de carrera, que aún era mucho.

Podium de Veteranos A. Lo pisamos por 2º año consecutivo. Foto: Fran Cano

       Algo anecdótico me ocurre casi terminando esa primera cuesta. No sé por qué me da por cambiar la forma de zancadas y asemejarla a la de un marchador: pasos cortos y mucho braceo (ya, eso es de manual), pero sobre todo aterrizar tras la zancada de talón y usar toda la planta del pie. Han tenido que pasar unos cuantos años para descubrir como subir una larga cuesta sin que se carguen tan pronto los gemelos y los cuadriceps. Subo del tirón lo que me quedaba.

        La bajada me la tomo con calma para recuperar del esfuerzo. Aún así corríamos por debajo de 3:30 porque la pendiente te lanzaba. Mi compañero Enric me ha alcanzado en la bajada, comparto algún km con él y se va hacia adelante al terminar la misma. Yo en el llano prefiero correr a un ritmo estable, sin agobios. Será que realmente no me apetecía nada sufrir. También considero que así llegaré más fuerte a los momentos difíciles que estaban por llegar.

          En seguida uno de esos puntos difíciles, la que se conoce como la cuesta de hormigón. Sigo la misma táctica a la hora de subir de andar y correr, pero aplicando mi "nueva" técnica los trayectos de correr son más largos y menos sufridos, adelantando a mi compañero Enric y a otro atleta.

        La bajada siguiente es corta y enseguida se empieza de nuevo a subir, pero esta vez más liviana que la anterior. Además que en ella me encuentro fuerte y la subo del tirón. Aquí ya dejo atrás, fuera de alcanza, a los dos atletas que me preceden y hacen que ya sólo me preocupe de mirar hacia adelante.

         Me encuentro bien, la sensación es de que voy corriendo muy tranquilo, como si estuviera entrenando, esforzándome porque la carrera lo requería pero sin sufrir y sin agonías. Las bajadas haciéndolas con cabeza, como suelo decir en estos casos, lo importante está cuando acaba la carrera, en casa o en el trabajo, y no es necesario asumir riesgos innecesarios. Los llanos, o falsos llanos son mi terreno y voy corriendo a un ritmo estable a 3:50 o 3:55 y contenido, siempre pensando en la siguiente cuesta.

          Por fin hemos alcanzado el tramo que indica que estás en el tramo final de la carrera, cuando sales a la cuesta que inicialmente subimos a ahora toca bajar. Aprovecho el avituallamiento, como he hecho en todos, y de nuevo con esfuerzo contenido pensando en el último repecho pero corriendo a poco más de 3:30. Ahí esta!!!, el último repecho !!! es cortito pero las fuerzas son ya muy justas, pero lo subo muy rápido y más fácil de lo que esperaba. Ya solo faltaba llanear y bajar hasta meta; unos tres kms.
          En una curva miro hacia atrás y no veo a ningún perseguidor. Por delante un atleta de Solana que me adelantó en una cuesta anterior no está ya al alcance. A esto sumamos que sé que llevo un buen puesto en la clasificación general y además con buen tiempo, mejorando el del año anterior. No veo necesidad de exprimir mucho más y me dedico a mantener el ritmo hasta meta. 

       Finalizo con un tiempo de 1:32:50, 8º en la clasificación general y 3º en la categoría de Veteranos A. El tiempo de año pasado, que hasta ahora era marca personal en esta prueba fue de 1:33:30, pero con mucho más esfuerzo, por lo que la progresión es un hecho y por ello me encuentro contento con la carrera realizada.

        Tras cambiarnos y ponernos ropa limpia nos vamos a degustar la caldetera que se incluía con la inscripción y a hidratarnos con unas buenas cervezas y refrescos.