Media Maratón de Sevilla 2022. La base es buena.

       Hace sólo un mes, cuando empezaba de nuevo a entrenar con regularidad en los últimos días de 2021, tomar la salida en esta carrera se presentaba como una remota posibilidad en la que poder correr al trote sin hacerse mucho daño. Hoy, justo un mes después, he podido exprimir a fondo mis fuerzas y disfrutar del poder darlo todo en esta Media Maratón de Sevilla. La base es buena.




     Como contaba días atrás en este blog, esta prueba era el punto de partida para, a partir de él, empezar a planificar entrenamientos y elaborar objetivos. Ha resultado que ni en las previsiones más optimistas estaba completar 21 kms por debajo del ritmo de 4:00 como así ha sucedido hoy.

      El madrugón ha sido bueno para poder viajar y competir en el mismo día. A las 4:15 de la mañana en pie y a las 5:00 partida en coche hacia Sevilla con el amigo Carlos Dorado. Con tiempo de sobra para viajar tranquilo y poder parar a desayunar.



         Ya en la línea de salida todo estaba saliendo al revés. Olvidé las gafas de sol en el coche, que después lo agradecí, también olvidé cambiarme las zapas y ponerme las de competir. Se rompe la cremallera del bolsillo trasero del pantalón, por lo que la llave del coche me la debo de atar al cordón del pantalón y el gel corre riesgo de caer, y para colmo recuerdo que no he llamado a "la jefa" cuando he llegado (verás la bronca que me va a caer). Sólo puede ir a mejor. 

       Empiezo la carrera sin ninguna pretensión de ritmos, esperando que las piernas "me digan" a qué quieren correr y que así manden las sensaciones, como a mi me gusta competir. Así los primeros kms los voy completando a ritmo de 4:00. Aunque voy cómodo me surgen dudas, pues a ese ritmo sólo he completado entrenando 8 kms y con mucho esfuerzo, pero no entra dentro de las opciones ser más conservador y reducir el ritmo.




          Sin querer pensar mucho, voy muy concentrado, intentando meterme dentro de los grupos para que la inercia del mismo me lleve. Poco a poco voy teniendo mejores sensaciones, y eso se refleja en que a partir del km 7 ya corro a ritmo de 3:55, y así consigo pasar el km 10 en 39 minutos y 54 segundos. ¿Conseguiría mantener ese ritmo hasta el final?

         Sigo guiándome por mis sensaciones y cuando sentía que las pulsaciones se aceleraban miraba el reloj y comprobaba que había acelerado el ritmo, por lo que enseguida relajaba para dosificar las fuerzas hasta el final. Aún así voy sintiendo la musculación forzada, fruto de correr a ritmos más altos de los entrenamientos que hasta ahora he realizado.

          He llegado al km 15 y, aunque se nota ya el esfuerzo de una hora de ritmo intenso. Siento que tengo aún para poder correr más rápido. La duda era cuándo hacer ese cambio y que no lo acusara antes de la meta. En esto, un chico que lleva varios minutos corriendo a mi lado me dice que viene conmigo, que tenemos que llegar a meta juntos, a lo cual me agarro para mantenerme vivo. Ahí empezamos a adelantar a gente y los ritmos son por debajo de 3:55, controlándolos porque las piernas querían ir más rápido, pero las pulsaciones ya iban bien altas.



        Entramos en la parte final de la carrera. Cuando pasamos por la Catedral y la Giralda ya huele a meta. Quedan tres kms y empiezo a vaciar las fuerzas. El chico de rosa se me ha ido, pero aún así corro a 3:48. Entro en el parque y en la vuelta por la Plaza de España toca ya darlo todo. Salimos del parque, recta final y cruzo la meta en un tiempo oficial de 1:23:47   

        Aunque son tiempos alejados de lo que suelo hacer, me deja un sabor de boca inmejorable el haber completado los 21 kms a un ritmo de 3:58 km/min sólo con un mes de entrenamiento. Ahora toca pensar en la Maratón de Badajoz de marzo, a la cual no llegaremos a tope porque no da tiempo, pero seguro que dará para hacer una buena marca.