Carrera Popular de Valdebotoa con mucho nivel. Crónica

       Habitualmente me gusta redactar las crónicas de mis carreras el mismo día que la realizo para así tener reciente los detalles y poder reflejar mejor todo lo que pasó. En esta ocasión lo hago un día después, pero esto me permite tener más asimilado lo que ocurrió y tener, en frío, una visión distinta de mi carrera. Aún haciendo buen tiempo ayer tenía un sabor agridulce que hoy ya se torna en positivo una Carrera Popular de Valdebotoa con mucho nivel.



      Empecemos por el final: mi tiempo fue de 36:45. Una buena marca en 10 mil pero que no me dejó satisfecho del todo por cómo se desarrolló la carrera. Pero madurando los hechos saco la conclusión de que mi objetivo está en la Maratón de Badajoz del 7 de noviembre y que no es lo más conveniente estar, a dos meses justos, en la mejor de las condiciones físicas, pues sería prácticamente imposible mantenerlo durante tanto tiempo y supondría llegar mermado a los 42 kilómetros. Visto así lo de ayer fue muy positivo: estamos bien pero hay margen de mejora, hay que ir quemando etapas paso a paso.

        Hablando ya de la carrera, ayer se vivió en Valdebotoa para muchos un regreso a una competición normalizada, y me refiero a poder competir y después poder compartir un refresco o cerveza y un aperitivo con quien antes te has "dado de leches". Además salió un día genial porque, aunque hacía algo de calor, había viento 0, que a mi entender, que entreno mucho por este circuito, ese viento hubiera sido lo peor que le hubiese podido pasar a quienes corrían.



        Me gusta tomar la salida sin agobios e ir cogiendo poco a poco el ritmo, pero en esta ocasión pude ver que los compañeros con los que normalmente comparto kilómetros de carrera se me han ido más lejos de lo deseado. 

         Confiaba, como otras veces, en alcanzarlos un poco más adelante, pero pasaban los metros y nada parecía que eso fuera a ocurrir. Aunque no me desanimó si me hacía pensar que yo iba más despacio de lo previsto, pero al mirar el reloj y comprobar que mi ritmo era 3:39 o 3:41, entendí que de despacio nada y que sería un éxito si conseguía mantenerlo hasta el final, independientemente de la clasificación.

         También decir que este domingo se reunió mucho "galgo" en la línea de salida y que era normal llevar mucha gente delante. Aún así siempre mantuve a ese grupo delantero a la vista y pude comprobar, al paso de los metros, quien se iba manteniendo y quien sufría ante un ritmo tan exigente, pudiendo dar alcance a algunos de ellos.



          Yo seguía a lo mío, a ritmo de crucero alto y con mucha confianza en el fondo adquirido con los largos entrenamientos que estoy realizando actualmente. Mi idea seguía siendo mantenerme e ir alcanzando a corredores.

          En el km 5,5 hacemos un cambio de sentido y volvemos por donde hemos venido. El tramo más bonito pues observas, cruzándote con los demás, cómo se desarrolla la carrera de primera mano y puedas dar y recibir ánimos al resto.

              En ese punto pude observar que no podía relajarme y que detrás también venía fuertes, pero lo sólo tenía la vista puesta en lo que había delante. Sabía que de seguir así, si se diera el caso de luchar por posición, tendría aún energía extra para hacer un cambio en el último km o km y medio.

          Pero poco más varió de ahí hasta el final, ganando una posición más, pero viendo que por delante estaban menguando el exigente ritmo inicial que se marcaron, y aunque cada vez los tenía más cerca era prácticamente imposible, además de intrascendente, llegar a alcanzarlos. 

          Con un último km más rápido que los anteriores favorecido por una leve bajada y saber que eran los metros finales entro en meta, animado por mi familia, con un tiempo muy digno de 36:45. No hay que olvidar que estamos en septiembre y la temporada acaba de comenzar.

        Próxima parada, dentro de dos semanas, en el 10k del Fondo Popular de Mérida, pero seguimos entrenado para llegar en las mejores condiciones posible a la maratón de noviembre.