Con el entrenamiento de este domingo concluye la última semana de carga de kilómetros de la preparación para la Maratón de Badajoz del 24 de marzo. 814 kms en lo que llevamos de 2019 es una muestra de lo que llevan sufridas mis piernas desde finales de noviembre.
Cerrábamos la semana con el último de los entrenos de los que yo llamo matadores. 10 minutos calentando, seguidos de 20 kms a ritmo maratón y, para terminar, 50 minutos a ritmo suave. Una enorme sensación de alivio fue lo que sentí cuando, por fín, después de más de 2 horas y cuarto paré de correr.
Quedan tres semanas, que son poco más que unas "vacaciones" en comparación con lo que llevamos de aquí para atrás. A partir de ahora rodajes cortos y algo de calidad para no perder la chispa.
Quienes han seguido mis entrenamientos en Strava hasta ahora me dicen que estoy fuerte, que todo pinta muy bien. Realmente es así y he conseguido superar duros entrenos sin dudar en ningún momento que fuera a hacerlo. Pero lo que no cuentan los fríos datos es que he llegado hasta aquí bastante tocado muscularmente. Hasta el punto de decir que no hubiera aguantado una semana más de carga kilométrica.
Esta última semana he llegado tan justo que puedo decir que he arriesgado a que unos molestias fueran a más con tal de cumplir con la última de las semanas duras, pensando que durante las tres próximas semanas más suaves podría reparar los daños.
Felizmente no ha habido que lamentar daños mayores y ahora toca disfrutar de estas tres semanas más livianas, donde recuperaremos fuerzas y saborearemos la cuenta atrás hasta el regalo final, el gran día de la Maratón.