Si vas a correr una maratón y no tienes miedos, inseguridades o, al menos, algo de incierta inquitud es que algo está fallando. Esto no es un teorema maratoniano que esté escrito, sólo es mi punto de vista, pero es imposible tener controlados todos los factores que pueden influir en una carrera de 42 kms. Meteorología, que encuentres grupo o corras en solitario, problemas físicos o que simplemente salga el día o no.
No se trata de ser pesimista sino todo lo contrario: es necesario tener optimismo real. Y me refiero a optimismo real a aquel que se apoya en una buena preparación para este día. Haber entrenado bien una maratón no elimina las factores negativos pero sí los reduce a la mínima expresión, y si en el desarrollo de la carrera aparecen es más fácil derrotarlos. Por tanto, ante la adversidad nos mostraremos confiados en nuestras posibilidades para cumplir con nuestro objetivo. Si no has entrenado lo suficiente ya puedes ser todo lo optimista que quieras pero aquí estamos hablando de la maratón, la única carrera en la que no puedes salir a ver qué pasa.
En mi caso particular este año soy muy optimista, mucho más que otros años. He hecho la mejor preparación de mi vida, completando casi todos los entrenamientos y el cuerpo asimilando los mismos. Pero aún así hay cositas que hacen que tenga la "mosca detrás de la oreja".
Una molestia en el talón derecho que vengo arrastrando de hace más de un mes pero que no me impide correr y que es más dolorosa o menos según el día. No supone peligro en la carrera pero es posible que tenga que correr con dolor cuando ya lleve más de dos horas porraceando el asfalto.
El isquio derecho, que siempre está ahí y que en mis últimas dos maratones me ha enseñado el camino a la retirada en el mismo punto, en el km 37, en la bajada de la carretera de la corte, haciéndome parar a estirar y perder varios segundos. Este año intentaré acortar la zancada en dicha bajada para que no vuelva a ocurrir.
La innombrable, de la que no quiero oir hablar, pero que día a día se hace más acusada, la alergia. Hay gente por ahí ya con antihistamínicos, pero a mi no me ha llegado a afectar más allá de algún estornudo aislado. Y aunque sólo sea eso entra la duda si una vez le pidamos rendimiento a las piernas va a aparecer esa sensación de cansancio típica de primavera.
En definitiva, los típicos fantasmas que después se quedarán en nada. Esta será mi octava maratón y algo ya hemos aprendido. Y uno de los principales aprendizajes es que el día de la maratón, si la preparación ha sido buena, tu propio cuerpo te sorprende desde el primer km mostrando una versión mejorada de la mejor de tus espectativas para ese día. Así que teme ahora, que es tiempo de eso, pero no te preocupes que el domingo lo vas a bordar.