EDP Media Maratón de Sevilla. Muy buena carrera aunque el tiempo "se fue" un poco

Cuando estás en un buen pico de forma, más rápido que nunca y participas en una media como la EDP Media Maratón de Sevilla, llana y distancia homologada, es normal que las expectativas de mejorar tu tiempo e incluso dar una machada  ronden por tu pensamiento. Pues bien, eso no es lo que sucedió finalmente en la carrera de hoy, pero lejos de estar contrariado he terminado muy satisfecho con mi carrera.


Es la tercera edición consecutiva que participo en esta prueba y este año la primera que pernoctaba en Sevilla la noche antes. Esto era un gran punto a favor. La tarde noche del sábado recogíamos los dorsales y nos dirigíamos a donde nos hospedamos y no volveríamos a salir hasta la mañana siguiente. El frío no invitaba a ello y había que descansar lo mejor posible.

Por la mañana partimos calentando hacia la salida. El viento parece que respeta y el Sol intenta acerse hueco entre la ligera nubosidad. El ambiente, como siempre es espectacular, aparecen atletas por todos lados, unos que llegan hoy y otros que han pernoctado aquí. 9.000 tomaremos la salida a partir de las 9:00 y muchos extremeños entre ellos. Unos instantes antes me quito la térmica que me llevé para no enfriarme los instantes previos y la deshecho, ya sólo queda empezar a correr.

¡Empezamos!  A pesar de partir en el cajón nº 1 hay mucha gente por delante. Lo cierto es que no me siento entorpecido y, según el plan establecido, intento coger el ritmo de carrera progresivamente. Los que me conocen bien saben que soy "diesel" y salir a lo loco no es algo que gestione bien. La larga recta de salida sirve para ir ganando posiciones, siempre por el lado exterior del pelotón, para no verme atrapado entre la gente y verme obligado a hacer movimientos raros.

El primer km ha salido lento, a 3:47, debido a la multitudinaria salida. Pero de ahí en adelante toda la carrera ha sido ir alcanzando a gente. Practicamente hasta el km 18 no ha llegado el momento en que viera que podía seguir ganando posiciones. De inicio me marqué lo que yo llamo un "nivel de sufrimiento asumible" o "correr por sensaciones", esto me llevaría a correr unas veces más rápido y otras más lento, pero nunca me llevaría a reventar antes de la meta.

Así que veía un grupo de atletas cada vez más cerca, al alcanzarlo me mantenía en él pensando que era el ritmo bueno, pero en nada me veía con más ritmo, lo abandonaba y emprendía otra mini aventura hasta el grupo siguiente. Y así uno y otro, con conocidos, sin ellos hasta casi el final de la carrera. En ocasiones me planteo si esas salidas "lentas" me hace perder uno tiempo precioso, pero viéndolo desde el otro lado, quizás saliendo rápido me arriesgo que las fuerzas me abandonen antes de tiempo.

Y así llegamos al km 10, a partir del cual hay un punto de inflexión en cuanto a ritmos. Hasta ahí había conseguido mantener ritmos de 3:40, incluso un par de km a 3:36, pero a partir del km 10 los ritmos promedian 3:46, unas veces algo más otras algo menos pero ritmos más lentos. Pero eso no lo aprecio mientras corro, pues no pierdo posiciones, sino que voy ganando poco a poco algunos puestos. Se entiende que alguna circunstancia en carrera nos hizo a todos perder ritmo por igual.

A la altura del km 11 el ritmo promedio es de 3:41. Esto supone entrar en meta en 1 hora y 18 minutos. Asumo imposible hacerlo en 1:17 así que me quito el lastre de marca personal y me dedico a correr más relajado sin esa presión. Me sorprende cómo van cayendo los kms más lentos que los kms anteriores, porque mi sensación es que voy igual de rápido y sigo alcanzando corredores que me precedían.

Lo mejor es que van pasando kms y no noto que vaya a flaquear. Mi obsesión es, más que hacer más o menos tiempo, llegar a meta con intensidad, sin haber "petado" en los últimos kms. Puedo disfrutar del paso por la Plaza de España, la zona céntrica e ir apreciando, aunque sea de reojo, los detalles.

Recién pasado el km 18 empieza la "zona de siempre" a dar avisos, el isquiotibial derecho. Noto mucha tensión por momentos pero unos metros más adelante parece que se apaga el "piloto de alarma" y nos olvidamos. Pero ahora empieza a molestar el tobillo en su parte delantera.... pero igual, son unos instantes que se quedan en nada y seguimos encarando ya los últimos metros. (si es que vamos teniendo ya una edad....)


¡Ya se ve el Estadio de la Cartuja! Las dos medias de anteriores y la maratón del año pasado pasaba ya por ahí casi a reventar. Esta vez, sabiendo que era innecesario apretar porque no iba a hacer marca me dedico a mantener intensidad y disfrutar del momento que más me gusta: el tunel que da acceso a la pista de atletismo y la entrada en el estadio. 

El cambio de luminosidad hace que sientas que corres casi a oscuras. Una rampa de bajada y en el horizonte el tartan y el ambiente de la grada y la megafonía. Este momento siempre me evoca a esas maratones olímpicas, cuando entrar los atletas en el estadio, y yo me siento por momentos protagonizando lo mismo. Además es un momento que parece que corres "al vacío", no estás en la calle, tampoco en el estadio.... no sé, a mí me gusta.

Y finalmente por la pista sin sprintar hasta entrar en meta con los siguientes registros:


Así que la conclusión que saco es que me ha salido una gran carrera, dosificando las fuerzas en cada momento y sacando partido a lo que hoy podíamos dar. Varias atletas que en las carreras por Extremadura suelen estar a la par mía o por delante o han entrado en meta más tarde que yo. No es cuestión de competitividad sino un buen medidor de cómo fue mi carrera. Hoy casi puedo confirma que al año próximo repetiremos en esta misma carrera.

Puedes ver datos más detallados de mi carrera pinchando en el enlace que pongo a continuación: