Cronica de la XII Carrera de Valdebotoa. Sirvió para ver dónde estamos.

     En las últimas semanas he tenido buenos entrenos, pero a la vez han salido otros no tan buenos, con sensación de cansancio y pesadez en las piernas, sumado a que hasta no hace mucho no he podido entrenar "pisando a fondo". Esto ha hecho que surjan dudas de cómo me encontraba deportivamente y a qué nivel podía competir. Para acabar con estas dudas se presentaba la Carrera Popular de Valdebotoa, con sus 10 km, para decírme en qué punto estoy.


     Tocaba poner fin a la falta de competición después de dos meses. Las carreras son el entrenamiento que definitivamente nos da la chispa para poder ser competitivos y por eso entiendo que, siempre que no se haga en exceso, es necesario competir con cierta frecuencia para no perder ese punto de velocidad. 

      No había un gran ambiente de competición en Valdebotoa, pero sirvió para poder saludar a mucha gente que hacía tiempo que no veía. En el calentamiento hubo que "apretarse" un poquito para romper a sudar y tener la sensación de estar preparado para la batalla. Un vez parado en la salida, en los momentos previos, el Sol empezó a decir "aquí estoy" y a avisar que no lo iba a poner fácil. Por suerte no había viento, que para este circuito yo creo que es más difícil de torear que el calor.


      Recién tomada la salida me apresuro a ponerme delante y no tener obstáculos que después me hagan aplicar más esfuerzo de la cuenta para remontar. Juan Domingo le sobraron 50 metros para marcharse en solitario y preparar su victoria final. Con la inercia de esos primeros metros me veo abriendo el grupo de va detrás de él a sabiendas de que no era mi sitio, pero yo iba a marcar el ritmo de mi carrera sin fijarme en nadie y no me preocuparía de la posición hasta los últimos dos kilómetros. Si echaba energías aquí lo pagaría después como ya pasó en otros años.

      El primer km de callejeo por el pueblo en 3:34 y al terminar el segundo km (3:39) ya habíamos salido del mismo y estábamos corriendo por la carretera trasera. En ese momento ya estaba en mi sitio natural en carrera, en 6ª posición. Por delante a Juan Domingo ya no se le ve, detrás José Manuel Cabrera y Mendo, un poco más rezagados y ya en fila, aunque a unos metros unos de otros, un chico de Alburquerque, Serrano, de Montijo, y yo. Por detrás no sé lo que viene, pues iba tan concentrado en mis sensaciones que no quería agobiarme con que me alcancen o no.

      El 80% de la carrera transcurre en esta carretera, primero en un sentido y después, de vuelta a Valdebotoa, en otro. En la ida, hasta el giro de 180º que está en el km 5,5, las posiciones por delante son invariables, si bien los atletas que están delante por momentos se alejan un poco más. Aún así soy capaz de aprovechar su estela para que me marquen el ritmo. Ritmo que bajaría hasta ir picando km entre 3:42 y 3:46. Por detrás he dejado de escuchar a gente, por lo que estoy abriendo hueco con los que me preceden.


     Al hacer el giro toca retornar a Valdebotoa y ya hemos pasado el ecuador de la carrera. Aprovecho, ahora sí, para ver quien viene detrás. Es un grupo del que van tirando mis compañeros Fran y Ricci. Como los conozco sé que no se están guardando nada, por lo que es difícil que den un acelerón. Así que, como me veo bien para seguir manteniendo el ritmo que llevo hasta el final, confío en mantener esa 6ª posición.

     Según van pasando los metros y el pueblo está más cerca noto que la distancia con Serrano, que es quien va delante mía, es cada vez menor. Sin hacer por alcanzarle sigo haciendo mi carrera, distrayéndome en mis adentros de los minutos que debo soportar el nivel de esfuerzo que voy haciendo. Sí, es algo raro, pero se me hace más cuesta arriba pensar que me quedan 3 km a un nivel de esfuerzo alto que pensar que son poco más de 11 minutos (esos 3 km) y ya estaré en meta.

       En el km 8 llego hasta Serrano y lo paso tan lentamente como llegué hasta él. Me avisa que tire para adelante pues no tiene previsto incrementar el ritmo y poco a poco voy abriendo algo de distancia. 


       El último km empieza a la misma vez que salimos de la carretera y tomamos el camino que nos lleva otra vez a Valdebotoa. El comienzo de este desvío es una pequeña cuesta abajo que sirve de lanzadera para empezar a echar el resto. Controlando la retaguardia para guardar la distancia ganada y evitar sorpresas de última hora empiezo a vaciar las reservas de energía hasta llegar a meta.

         Recta de meta, pasando por "mi casa" de Valdebotoa en donde espera la familia para dar los últimos gritos de ánimo. Al final cruzamos la meta con un tiempo de 37:04, con un ritmo promedio de 3:42. Conservo finalmente la 5ª posición en la clasificación general y consigo el 3º de mi categoría. Reseñable que entre los 5 primeros hay dos veteranos A y tres veteranos B.

         En conclusión, estamos en un buen punto de partida para iniciar la temporada, mejor incluso del que yo pensaba. A pesar del gran esfuerzo, he sido capaz de mantener sin agobios un ritmo alto de forma constante durante 10 km. Saldo favorable en el regreso a la competición. 

Pinchando aquí puedes ver los datos recogidos por el GPS volvados a Strava.