Cuántas veces hemos retomado los entrenamientos y la actividad deportiva de una manera más seria y hemos sucumbido debido a multitud de razones que ocupan nuestro tiempo o simplemente ante la pereza. Cuántas veces hemos dicho "¡ésta es la buena!" y nuestro ímpetu se ha ido desinflando a medida que pasaban los días.
No hay que desanimarse y tirar la toalla porque no somos capaces de conseguir la frecuencia de actividad que buscamos, sino que hay que intentarlo una y otra vez, porque en una de esas por fin se encadenarán los entrenamientos, cogeremos el hábito que deseamos y entonces lo raro o difícil será volver a ser inconstante.
Primordial tener un objetivo personal, ya sea deportivo, como conseguir una marca en una determinada distancia, o físico, como perder peso o conseguir un determinado nivel físico, preferiblemente a unos meses vista para darnos tiempo a prepararnos para ello de una manera programada, sin prisas y sin excesos. Así nuestro cuerpo irá asimilando la actividad física e irá progresivamente mejorando su rendimiento hasta llegar al punto deseado de una forma ordenada.
Una forma eficaz de obligarse a entrenar o realizar la actividad física es programar la misma. Planificar con antelación lo que vamos a realizar los días posteriores, la próxima semana o este mes, y preferiblemente tenerlo plasmado sobre papel, una nota en el móvil, en el pc, o donde nos sea más accesible, pero no dejarlo en el "aire" porque eso suele ser sinónimo de un nuevo intento fallido. Esto nos acostumbrará a mirar a ver "qué nos toca hoy", recordándonos que tenemos un trabajo previo de programación con el que se crearon unas expectativas y nos obligaremos a cumplir para no defraudarnos a nosotros mismos.
Ayudará también estar de estreno. No me refiero sólo al equipamiento para realidad la actividad física, sino a un nuevo método, a una nueva costumbre, a nuevos recorridos o, ya de por sí, un nuevo objetivo.
Ya lo "bordaremos" si, motivados por todo lo anterior, lo acompañamos con una forma de vida más saludable, como cuidar un poco más la alimentación, dormir mejor (esto es fundamental, ya lo hablaremos otro día), y en general cualquier tipo de exceso que cometamos habitualmente, que ya se sabe que la palabra exceso no suele llevar acompañado nada bueno.
¿Ya tienes tu objetivo? ¡Pues manos a la obra! ¡Seguro que esta es la buena!