La Carrera Popular de Valdebotoa 2023 siempre nos pone en nuestro sitio.

      Recién entrados en septiembre nos ha llegado la meteorología otoñal, tan bienvenida después de las altas temperaturas  de semanas atrás y, como es tradición casi todos los años, también ha llegado la Carrera Popular de Valdebotoa, en su decimosexta edición. Un 10k rápido y que ha contado con buena participación y corredores de gran nivel deportivo.


Con Ricci, Juan y Gerva en el km 1. Foto: Ana Mª García


        Antes de la salida me comentaba mi amigo Rafa Barreto que viendo las "liebres" que había por allí iba a tener mucha materia para completar la crónica de la carrera. Le dije que iba a ser difícil sin dar nombres, a lo que me contestó que dejara atrás esa tontería ya que nadie se va a molestar. Así que allá vamos, un mes después de mi última carrera en Villar del Rey.

       Con una temperatura muy agradable y una brisa en aumento que amenazaba lluvia se daba la salida pocos minutos después de las 10:00 horas. Mi estrategia inicial era la de un ritmo sostenido hasta el cambio de sentido en el km 5,5, y a partir de ahí empezar a dar todo lo que hubiese por entonces.


         Desde el inicio se forma un grupo casi pactado en la salida con Ricci, Juan Villa y Gerva con intención de hacer un ritmo medio de 3:45. No llevábamos ni un kilómetro cuando empiezan a caer las primeras gotas y parece la carrera va a ser pasada por agua.

          El primer km es de callejeo y en el segundo ya nos dirigimos a la pista, en donde tendra el verdadero desarrollo de la carrera. En ese segundo kilómetro han llegado por detrás otros atletas, como el amigo Luis Alves y poco después, hemos dado alcance al grupo en donde corre Juan Parejo. Se forma un grupo numeroso en el que se puede correr relativamente cómodo.

         No nos equivocamos al principio y, sin mirar mucho el reloj, a la altura del km 3, ya llevamos una media de 3:45. Otros atletas toman la iniciativa y yo me resguardo dentro del grupo para no minar las fuerzas con toda la carrera por delante.

Llegando al giro de 180º en el km 5,5. Foto: Tina Ramos.


         Sobre el km 4, Ricci y yo nos encontramos marcando el ritmo del grupo y en un momento percibo que el grupo se está estirando y hay atletas que se están quedando. En principio es buena señal pues no tengo la percepción de ir al ataque, sino de ir manteniendo el ritmo y no pasarme.

          Cuando nos estamos acercando al km 5, Ricci va delante y yo hago esfuerzos por seguirle hasta que llega un momento que me desengancho. Parece que voy a hacer la carrera en solitario hasta el final pero un poco más adelante, cuando hacemos el cambio de sentido para volver por la misma carretera, veo que la distancia con los de detrás es mínima.

Llegando a meta. Foto: Ana Mª García


         Tan mínima que al momento Luis me ha alcanzado con otro dos atletas, por lo que somos un grupo de cuatro jugando al "gana o revienta". Porque por momentos uno va tirando del grupo y parece que se escapa pero no lo hace y se queda detrás que parece que no va a seguir. Aunque todo sea dicho, el que peor pinta tenía en ese grupo era yo, ya que me estaba costando Dios y ayudo mantenerme ahí y mi respiración me delataba.

          Pero íbamos recorriendo metros y ahí estaba yo aguantando, siendo consciente también de que iba chupando rueda de los compañeros por mi incapacidad para dar un relevo. Luis, dándose cuenta, me animaba a no quedarme atrás.

            Vamos ya por el 8 y es el último km crítico. Tengo que aguantar aquí un km más porque en el 9 ya estamos en el pueblo y "duele" menos. Y así, al cobijo del Luis y otro atleta de Santa Marta salimos de la pista y nos encaminamos al pueblo. 



           Hubiera sido una buena oportunidad de entonarse en esa leve bajada e intentar ganar posiciones, pero no quería ni podía. No me parecía legal dar un hachazo a quienes había estado "chupando rueda" desde varios kms atrás pero es que, si hubiera querido tampoco tendría fuerzas para hacerlo.

            Así que me centro en completar ese km de forma decente y no estropear más el ritmo medio que, a esa altura de carrera era de 3:47. Como preveía, ese último km dolió menos  y al cruzar la meta continué corriendo unos metros más hasta que mi GPS marcó 10 kms, completando esa distancia en un tiempo de 37:51 y 19º de la clasificación general.

          Finalmente no me alejé mucho de mi estimación de ritmo medio, pero no os voy a engañar de que me frustra que en mi cabeza estén programados mis ritmos de siempre y, en cambio, mis piernas tratan de convencerme de que aquello ya es historia. Probablemente sea así, sean ya historia, pero a empeño no me gana nadie y trabajaremos para acercarnos a la sombra de lo que fuimos.