Miercoles de maratón. Hablemos de objetivos.

   Cuando decidí que esta maratón la iba a preparar a conciencia, lo primero que me propuse era el objetivo que quería marcarme. Podía haberme puesto un tiempo final, siempre que fuera realista, pero decidí que el objetivo era hacer la maratón a un ritmo constante de 3:55 minutos por km.

Fotografía de Manuel Ricci

    De aguantar este ritmo hasta el final supondría hacer la maratón en 2 horas y 45 minutos. Seguramente de marcarme el objetivo en base a un tiempo final no hubiese sido tan ambicioso, pero teniendo en cuenta que las últimas maratones me había marcado ese ritmo para correr, con mucha menos preparación, y lo había aguantado más allá del km 30, creí muy posible que con mas preparación pudiera aguantarlo hasta el final. Y, quien sabe, si saliera un buen día por qué no ser optimista y pensar que quizas, en los últimos km,s haya piernas para correr más rápido.

   La evaluación de piernas será en la segunda vuelta a la altura de Puerta de Palmas, haya por el km 32. Firmo ahora mismo pasar por ahí y poder seguir aguantando el 3:55, pero si en ese punto hay fuerzas para intentar más lo haré con cautela, sabiendo que quedan los 10 kms más duros de toda la maratón. Considero que sé leer bien las carreras y no me voy a volver loco en la más importante de todas.


    Cualquier tiempo que sea bajar de mi mejor marca (2:48:38) será bienvenido, aunque realmente creo que estoy mucho mejor preparado que en aquella maratón de 2015.