Esta semana iba a escribir una publicación sobre cómo la semana en la que había una cita importante las piernas parecía que no iban ni para atrás haciendo dudar de que se fuera a cumplir el fin de semana y era el preludio de una gran marca. Había entrenado lento, teniendo las piernas superpesadas y abortando unas mini series de 400 metros tras tres intentos y no poder hacerlas a menos de 3:45 de ritmo. Desistí finalmente de escribirla por si me tenía que comer mis palabras y el domingo no salía un buen día. Mi credibilidad iba a quedar por los suelos. Si llego a escribirla hubiera quedado como un rey.
Foto: Ana García |
Esta mañana salía desde mi casa hasta El Corte Ingles para subir al autobús con los compañeros del club. 40 minutitos de paseo escuchando música "peluda", música cañera para activar las neuronas. Los autobuses parecen que no están muy fluidos y va algo más lento que otros años el tema pero finalmente subimos a buena hora y partimos a Elvas. El día ha salido muy bueno pero con algo de viento, que lejos de ser un problema se convierte en un aliado pues soplará a favor durante la carrera. Ya en la zona de salida de Elvas lo típico y que tanto nos gusta, saludos, reencuentros, fotos, nervios y un calentamiento caótico con más de 1500 personas corriendo en circulo. Llegó la hora :)
Me dirijo a la línea de salida. Antes de empezar ya he estado lento porque hay un montón de gente ya colocada y tengo que colarme entre unos y otros para adelantarme lo más posible, aún así lo más que consigo es llegar a 10 metros de la salida y con un montón de gente delante que me pueden entorpecer. Pistoletazo y empezamos a correr, primero pasitos muy cortor y poco a poco vamos cogiendo velocidad. En la primera recta intento adelantar a cuantos más mejor para cuando se estreche en la salida poder ir más cómodo. La primera parte de la carrera, hasta que lleguemos a la bajada, me la tomo de trámite, intentando conservar las fuerzas intactas y no dejarme llevar por euforias ni pretensiones de inicio. Aún así voy pasando a mucha gente, pero vamos saludando, hablando, deseando suerte, como a Paquino, Victor de ASFAG, Dani Corbacho... Antes de llegar a la bajada alcanzo a un grupo que son palabras mayores, Gerva, Tomás Serra y Rivero que quiere ayudar a un compañero. Me planteo quedarme a su cobijo, pues más adelante me cogerían casi con seguridad, y asegurarme buena compañia temporalmente pero me dejo ir para adelante y con idea de que ya nos veríamos más adelante.
Foto: Verónica Redondo |
Termina la bajada y la subida posterior corta el ritmo rápido que llevamos. Acorto la zancada y mantengo el "nivel de sensaciones" y una vez arriba se avista la larga recta que nos llevará a la frontera. Es donde empieza realmente otra carrera, la decisiva, la que debes controlar el ritmo para conseguir tu objetivo, pero yo lo que quiero controlar no es el reloj sino las sensaciones. Cuando sonaba el reloj al paso de cada kilómetro lo miraba. Voy rodando por debajo de 3:45 pero me encuentro cómodo. Filipe que hasta ahora iba tras de mí se coloca a mi lado y así vamos bien, no hemos hablado aún pero parece que podemos aliarnos.
Foto: Raul Silva |
Foto: Miguel S-M |
El Puente de la Universidad parece el Vasco da Gama de Lisboa, interminable. El ritmo es el más lento de carrera 3:51 y así sería durante dos kms. Filipe se percata de mi sufrimiento y me anima retando a que alcancemos a los atletas que van delante. Le digo que siga que el va mejor y aunque así hace, aun cuando iba 50 metros por delante mía, ya en el paseo fluvia, a gritos me decia "Floren, vamos, que lo tienes ahí". Tremendo como la complicidad no entiende de idiomas, colores ni fronteras en el mundo del atletismo. En este tramo el aire es frontal y la decisión es vaciar hasta la última gota de esfuerzo. Esto no lo haría apretando el ritmo pero sí manteniéndolo al menos.
Avenida del Perú, ahora sí dirigiéndonos hacia la recta de meta. Paso el km 20 en 1:16. Echando cuentas lo tengo ahí, manteniendo el ritmo lo tengo ahí pero voy vacio, voy muerto y aun queda una cuesta. En el último avituallamiento está Pablo que me anima y ahí alcanzo a uno de los corredores que me decía Filipe. En la cuesta de la Peugeot alcanzo al segundo atleta que quedaba pero mi correr es desgarbado, sin técnica ninguna, casi a la desesperada. Curva a la izquierda y entramos en la Avda. de Huelva que es recta de meta. Múchisima gente animando, a pesar de lo cual creo que no tengo fuerzas para llegar al final. Justo al inicio mi reloj marca 1:19... uf uf uf. Sigo a la desesperada; dentro del sufrimiento me percato de los animos de Ana, mi mujer, y de Mar y Miguel, pero no consigo ver el reloj de la organización. Tenía la sensación de que me jugaría la mala pasada de que marcara más tiempo que el mio. Me voy acercando a meta pero unos setos no me dejan ver el crono... ¡Dioossssss que angustia! ¿¿¿Donde está el p___ crono ??? ahí esta !!! 1:19:35... ahora sí que lo tengo. Levanto los brazos en señal de victoria, que es el sabor que me queda por encontrarme con lo que no esperaba.
Foto: Raúl Silva |
Y ya me salgo del pasillo de la organización y me dirijo a buscar a mi gente en la recta de llegada. Esos momentos de soledad sirven para que empiece a apreciar lo que acabo de conseguir, la sonrisa de mi cara debía decirlo todo hasta que me fundí en un abrazo Ana. Aparecen mis padres con Sergio, y mi madre me dice "estaba un grupo delante nuestra y cuando has pasado tú han dicho qué cabrón, se me ponen los pelos de punta ¿por qué?" jajajaja. Aquí casi todos nos conocemos y ya sabemos el nivel de sacrificio para conseguir las metas de cada uno y lo que supone para cada cual lograrlas.
Un abrazo desde aquí a tod@s los que me leeis y a tod@s los que me habéis felicitado que habéis sido much@s.