Todos los años con la llegada de la alergia sufro un bajón físico tremendo en cuestión de una o dos semanas. Un desmoronamiento que no lo ves llegar y no es gradual. Simplemente un día sales a entrenar y no marchas bien, y piensas que es un mal día o consecuencia del cansancio por algún entrenamiento, pero sales al día siguiente y estás igual, y así consecutivamente hasta que asumes que no es cansancio sino que, otro año año más, toca.
Este año estaba entrenando muy bien durante la primavera. Tenía todos los síntomas de la alergia pero luego a la hora del esfuerzo físico los entrenamientos salían bien todos los días. Me las prometía muy felices, este verano iba en lanzadera sin haber sufrido el bajón y no tener que empezar de cero. Pero a finales de la pasada semana las piernas ya dijeron que no querían. Igual, de un día para otro, sin avisar, pero este año mucho más tarde de la cuenta. Hemos pasado de la rutina de hacer rodajes de 10 kms por debajo de 4:00 a que ese mismo número de kms se conviertan en una tirada larga.
Y en estas condiciones nos hemos presentado hoy en Montijo, viendo venir el "tortazo" que me iba a dar en plena carrera, pues no era mi intención salir a hacer un rodaje de 6 kms sino intentar que "sonara la flauta". Como era de esperar, en atletismo la flauta no suena si antes no has ensayado en condiciones.
Carrera sin excesiva participación pero con bastantes atletas de los que saben exprimirse en cada carrera. Me coloco en la parte delantera en la línea de salida y a la señal salgo con temple y sin excesiva explosividad. Por esta razón me veo que me encuentro en un pequeño tapón que hace que se me alejen más de la cuenta mi gente de referencia. Cuando consigo correr a mi ritmo ese grupo ha tomado unos metros pero corriendo sin mucho esfuerzo estoy llegando a ellos hasta alcanzarlos. Buen grupo: Mis compañeros Jorge Sierra y Fran, Angel Rollo, Abraham Pagador y algunos más. Al llegar a ellos y poder bajar el ritmo me tomo un respiro dejando que sean otros quienes tomen la iniciativa. Por delante un grupo de atletas un nivel, o dos, por encima nuestra cada vez se van distanciando más.
Fran, que está muy en forma, lidera el grupo pues sus piernas le están pidiendo correr más. Este cambio me empieza a pasar factura, y eso que acabamos de pasar sólo el primer km. Me percato que soy el que lleva la respiración más fatigosa. Mis pulmones parece que no tienen capacidad para respirar todo lo que necesito, el oxígeno no llega a los músculos y las piernas dicen basta justo al pasar por el km 2. Hasta aquí habíamos pasado el primero en 3:30 y el segundo en 3:28. Pero esto es así y es difícil de entender para los que no lo sufren: las piernas tienen para correr eso y más y por eso los primeros kms salen bien pero los pulmones van por su cuenta y esto es un trabajo de equipo, si una parte no funciona....
Bajo el ritmo con la esperanza de una recuperación y volver a correr con agilidad. En esto me alcanza Abraham y otro chico, hago el amago de engancharme a ellos.... imposible. Pienso en la retirada, pero no me parece adecuado después de desplazar a la familia a Montijo, así que practicamente al trote me dispongo a buscar la meta. Por el camino me adelantan muchos atletas.
Por fin la meta, por suerte más cerca de los 5 kms de la salida que de los 6 kms que decía el reglamento. Esos últimos kms en 3:52, 4:17 y 4:25. Mucha impotencia saber que tienes mucho en las piernas y no poder desarrollarlo. Esta carrera debía haber salido por debajo de 3:30 en condiciones normales. Aún así me he llevado un trofeo por 3º en Veteranos A. Excesivo premio para tal calvario que he pasado hoy.
Otros años llegados a este punto hice un parón y me tomé unos días de descanso. Este año hago acopio de tozudez y no me doy por vencido. Con más motivación aún para salir mañana a darlo todo en el entrenamiento y no darme por vencido.