Marca personal en el XX GP Rui Nabeiro

        El GP Rui Nabeiro es una prueba de la que de un año a otro no recuerdas su dureza hasta que no estás metido en ella disputándola. Sí recuerdas que no es fácil pero bueno... un poco de dificultad y ya está. ¿Ya está?

       Se trata de una clásica en Portugal de 10 kms homologados e integrados en el calendario nacional de atletismo en este país. Esto y sus premios en metálicos hace que se reúnan una serie de atletas de mucha calidad. En mi caso, con un ritmo promedio por debajo de 3:40 y observando cómo había "mil" atletas por delante mía, hasta terminar, con un tiempo de 36:25, en la posición 56, cuando en la mayoría de carreras de Extremadura, con esa marca haces podíum o te quedas a las puertas del mismo.


Instantes previos a tomar la salida

       No competía desde la Maratón del mes pasado y los entrenos de las semanas posteriores a los 42 kms estaban siendo muy buenos. Siendo una carrera difícil, casi imposible, para conseguir algo, ya sea podium o marca, el objetivo básicamente era sentirme fuerte en carrera. Así que me olvidé de ritmos y decidí correr por sensaciones, sin fijarme un ritmo que las bajadas y subidas hicieran irreal, mirando sólo el reloj al paso de cada km.

         La carrera transcurrió como presagiaba ya el calentamiento: con sensación de piernas pesadas, sin agilidad. Quizás un exceso de ejercicios de fuerza en esta semana hayan tenido la culpa. La salida, cuesta abajo, fue rápida y en un abrir y cerrar de ojos el pelotón ya estaba superestirado y la cabeza de carrera lejos del alcance de visión.

           Con mucha gente delante mía me dispongo a correr por el exterior del pelotón para ir avanzando posiciones sin que nadie me sea obstáculo. Pasados tres o cuatro kms encuentro mi posición natural en carrera, alternando posiciones con cuatro o cinco atletas, entre ellos la segunda y tercera clasificadas en mujeres.


Alrededor del km 5

         Mi respirar es fatigoso desde el principio y no termino de encontrarme agusto, aún así decido no guardar nada y darlo todo en cada momento. En las subidas avanzo respecto a los atletas con los que voy corriendo y en las bajadas, en las que aprovecho para hacer acopio de fuerzas me dejo ir y soy adelantado.

        Poco antes del km 7 paso un momento crítico y se me pasa por la cabeza abortar y correr sin intensidad hasta meta. En ese momento no me veía capaz de terminar la carrera con la misma intensidad, pero un momento de frialdad mental me da para verme capaz sobradamente y despejo así los fantasmas. Efectivamente, al poco, ya esta corriendo otra vez con confianza.

        Cuando salimos al acueducto para dirigirnos al estadio empieza la sensación de que esto se está acabando. Este tramo es una subida hasta la rotonda del bombero, así que aprovecho mi punto fuerte en las subidas para dar alcance a los atletas que antes se me habían escapado. Desde dicha rotonda hasta el estadio es prácticamente cuesta abajo, así que voy "vaciándome" hasta que entramos en la pista. Ahí alcanzo y paso a la que sería la tercera clasificada y en recta de meta decido no luchar con el atleta que me precede.


Ultimos metros antes de llegar a la pista

         Termino en 36:25 y 10ª posición de mi categoría. Esto supone que hago marca personal en los 10 kms, arañando 5 segundos a mi anterior marca de septiembre de 2015, con la diferencia de que aquel circuito era totalmente llano y este era un continuo tobogan. Así que vuelvo a casa reforzado y con confianza para afrontar las siguientes carreras.

         La próxima este domingo en la Media Maratón de Montijo. Esperemos que la alergia no haga acto de aparición de un día para otro y nos respete por lo menos hasta ese día, porque cuando llega, en mi caso, es para empezar a pensar en septiembre. A continuación los ritmos.