Llevo unas semanas de mucho curro y estancia fuera de casa. Me dijeron el viernes en el trabajo: "Aprovecha este fin de semana que no sabemos cuando tendremos otro libre". Y yo me lo tomé al pie de la letra programando para el sábado tarde la tercera jornada de Liga de Clubes al Aire Libre y para el domingo mañana una media maratón en Alburquerque y posterior día de campo en la zona. ¡Vaya si lo aproveché!
Foto: Nando Vivas |
Ya iba sobre aviso que era una prueba dura pero, aunque no dudaba de ello, no llegué a imaginarme lo que sufren las piernas en esta combinación de saltos y velocidad. Tras decir el juez el orden de posicionamiento en línea de salida suena la pistola y comienza la carrera. Salimos en fila india y me coloco nada más empezar a la estela de Domi, aunque las piernas de inicio me piden que vayamos más ràpido aún, pero en seguida llega el primer obstáculo (cuatro obstáculos por vuelta, uno de ellos con agua) y es ahí en donde ya nos es tan facil imprimir esa velocidad. Tras cada salto practicamente hay que volver otra vez al ritmo y así es un constante parar y arrancar cada 100 metros con el añadido del esfuerzo del salto.
Saliendo de la ría. Foto: Nando Vivas |
Decir que ya en la segunda vuelta, de las siete y media de las que constaba la prueba, iba con la lengua fuera y mi mente solo visualizaba línea de llegada, pero aún quedaba mucho. Así que realmente sufrí de lo lindo y la sensación era de que iba parado. Al finalizar paré el crono en 11:51, que hace una media por debajo de 4:00 minutos el kilómetro por lo que, haciendo un análisis, no había salido una mala carrera pues cada obstáculo es un empezar de cero, o incluso de menos uno al salir mojado de la ría. Además era mi debut en pista y la psicología de las vueltas también hay que tenerla en cuenta.
Inicio de la carrera. Foto: Sole Madroñero |
Mi planteamiento para este día no estuvo definido hasta que unos minutos antes de la salida me encontré con mi motivador particular, el amigo Paquino, que al preguntarme a qué iba me animé a intentar un ritmo alto y probar como respondía el cuerpo. Así tomamos la salida y los primeros kms se van sucediendo en torno a 4:00; el grupo es bueno Paquino, Rangel, Sergio y otro chico además de mi. La cabeza y el grupo que le sigue parecen no llevar un ritmo alto y nosotros llevamos la referencia por delante a unos metros de Tania Carretero.
Entrando con Sergio en meta. Foto: Rosario Mata |
Pasado Alburquerque empiezan los caminos rurales y las cuestas más pronunciadas. Ahora sí las piernas me dicen que así no vamos bien, que hay que ir mucho más despacio si queremos garantizar cruzar la meta, así que definitivamente me olvido del grupo y dejo que se pierdan en el horizonte. Así fueron cayendo los kms y hasta meta solo tres atletas consiguieron adelantarme a pesar de ir más lento. En un final de subida, justo antes de empezar a bajar escucho zancadas tras de mi, miro para atrás a ver quién es y al girar de nuevo la cabeza al frente tropezón y cuerpo a tierra sin consecuencias ni rasguños; menos mal que no fue en la bajada.
Día de convivencia en Alburquerque. Foto: Rosario Mata |
Finalmente, y como verdadera razón al viaje a Alburquerque, nos quedamos a pasar el día con la familia blanquinegra en la preciosa zona con las comidas que cada uno habíamos llevado. Llega ahora un momento de parón y relajamiento físico, a la espera de volver a sentir una motivación plena por el atletismo y a otros momentos en los que mi cabeza no esté tan centrada en lo que ahora me traigo entre manos. Volveremos con más fuerza para seguir desafiando los límites.