Tras dejarme seducir durante largo tiempo, sin haberme atrevido a probar en mis propias carnes la experiencia, he decidido enfrentarme a mi primera vez. No es que antes no me sintiera preparado mental o físicamente, simplemente que pensaba que aún no había llegado mi momento, era cosa de otros que sí eran más atrevidos que yo.
Siempre he escuchado las "batallitas" de los que ya lo han hecho alguna vez. Algunas historias con final feliz, otras cuentan lo que debío ser y no fue, pero tanto en unos casos como en otros yo miro a esas personas con admiración por lo que han llegado a hacer, por haber vivido esa experiencia, por enfrentarse a sus miedos y temores y por disfrutar al 120% cada vez que han estado ahí. ... y yo aún sin dar el paso definitivo.
Hay quien dice que hay que estar muy preparado, que durante un tiempo antes has de ir trabajando tu cuerpo para la gran cita para que la misma no resulte un verdadero fiasco. Otros, en cambio, no les dan tanta importancia a esa primera vez y te dicen que no es para tanto, que las que realmente hay que preparar son las citas posteriores porque la primera es como un trámite, únicamente para desvirgarte y saber qué te vas a encontrar en la siguiente ocasión.
Desde que he tomado la decisión de enfrentarme al hecho no puedo evitar relacionar cualquier circunstancia cotidiana con ello. Me levanto y ya estoy pensando en eso, a la hora de alimentarme, a la hora de salir a entrenar, al hablar con los amigos, al acostarme, ... incluso sueño con el día que suceda. Todo el día con la mente puesta en lo mismo siento que me estoy empezando a obsesionar y sé que eso al final no es bueno, que lo adecuado es tomárselo con naturalidad y afrontarlo como un paso más.
Recibo consejos de todo tipo. Que si tengo que hacerlo más rápido o más despacio, que no coma mucho antes para que con el movimiento no tenga una indigestión, que duerma bien para llegar descansado y poder cumplir. Hay un consejo al que todos le dan vital importancia, y es que los días antes reduzca mi actividad en este tema para no dar gatillazo el día D. Yo los escucho y memorizo todos, aunque sé que ese día, con los nervios y la emoción al final haré lo que me venga en gana de forma espontánea. Disfrutaré o no con la experiencia, pero por lo menos a partir de entonces yo seré uno más que podré contar mis batallitas. Hasta entonces quedan muchas noches en vela deseando e incluso rezando para que todo suceda de la forma más llevadera posible.
Una última anotación.... quizás lo relatado anteriormente, así como el título, sumado a la mirada más o menos limpia que tenga la persona que lo lea puede llevar a pensar que me estaba refiriendo a experiencias sexuales. Nada más lejos de la realidad. Me refiero por supuesto a mi primera maratón, la que haga que pueda decir en voz alta y sin miedos que soy un atleta de verdad por enfrentarme a la prueba reina de todas. Es más, os invito a que todos estéis presentes en mi primera vez, para la cual hasta se ha realizado un cartel anunciador.