Adiós a una maratón preparada.

      Cuando nos marcamos un objetivo deportivo, en ocasiones nos centramos en exceso en él y no tenemos una perspectiva más allá de éste. Conseguirlo a toda costa puede conllevar unas consecuencias negativas que no somos capaces de visualizar si nos dejamos llevar por las emociones y no tenemos la cabeza fría. Hoy para mí es un momento agridulce, pues he sido capaz de abstraerme de dicho objetivo hasta llegar a descartarlo, pero ha supuesto una dura decisión el decir adiós a una maratón preparada.




     Todo se remonta a primeros de septiembre. Una caída accidental mientras corría por la calle supuso un esguince de tobillo y un fuerte golpe en la rodilla, ambos en la pierna izquierda. Del esguince me recuperé casi milagrósamente rápido, pero la rodilla se resentía con los impactos en el suelo al correr. Esto provocó que inconscientemente exigiera más a la pierna sana, la derecha.

     Esta exigencia ha dado la cara en un dolor en la parte delantera del tobillo, gradualmente más fuerte según iban pasando los entrenos, hasta que ha llegado un punto en el que había una notable inflamación. Este extremo sucede justo un mes antes del objetivo del día 7 de noviembre, con 14 semanas de entrenamiento específico ya realizadas.

      Siendo una clara sobrecarga, decido parar de correr durante una semana. Pasa esta semana, desaparece la inflamación y el dolor pero al volver a hacer un rodaje muy suave y sobre césped vuelven las molestias y la inflamación. Ante esto hago pausa en el "sí, es posible" y pienso fríamente.




        No puedo presentarme a una maratón en la que en las ultimas cuatro semanas no puedo entrenar a más de 5:30. En el caso de intentar correrla a cualquier precio no iba a correr ni de lejos a los tiempos que tenía previsto e, independientemente del crono,  el dolor no me iba a dejar disfrutar. Y sobre todo la peor de las consecuencias, me iba costar estar un largo periodo de tiempo recuperándome de una lesión.

         Finalmente he de decir que ha sido una dolorosa decisión no correr por novena vez consecutiva la Maratón de Badajoz, pero según pasan  las horas reconozco que me siento incluso feliz de haber sido capaz de ver más allá del objetivo y no sacrificar los entrenamientos y competiciones que hay después de la maratón.