Un mes después de mi última participación en una carrera, la Media de Elvas-Badajoz, volvía a competir. Cuando empiezan a pasar semanas sin ponerse un dorsal empiezan a picar las ganas de hacerlo, y aunque en principio esta carrera no la tenía en mente, unos cambios en la planificación del fin de semana de última hora me permitieron poder correr en la V Barbaño Corre.
La primera vez que corría esta carrera y la primera vez que participaba en alguna del Circuito Runnavideño. Una carrera muy llana y un tiempo, en principio, espectacular para competir: poco viento y temperatura fresquita con el añadido de la niebla. Mi pretensión era comprobar si con las kilometradas de las últimas semanas seguía manteniendo la chispa para realizar estas carreras más cortas. Ésta concretamente de 8 kms, donde intentaría una carrera de manual: ritmo alto toda la carrera pero que me permita apretar al final de la misma.
La carrera la empiezo a un ritmo adecuado para los 8 kms; no excesivamente explosivo pero sí a un ritmo vivo para poder medirme bien. Un grupo de cuatro o cinco atletas marcan una ritmo destacadamente más rápido y adelantan marcando ya cuales son los niveles alcanzables e inalcanzables para mí. Primer km en 3:32.
Voy con un grupo de cuatro o cinco atletas. Los primeros compases los hago a la par con un atleta del San Vicenteño, el resto va detrás. Me siento con confianza y marco mi ritmo, un tanto arriesgado, pero que creo que puedo aguantar hasta el final. Así, salvo algún relevo esporádico, voy tirando sólo del grupo la mayor parte del tiempo. El fuerte respirar de los corredores me hacía pensar que era un ritmo alto y que en algún momento se descolgarían. Estaba parcialmente equivocado. km 2 en 3:35, km 3 en 3:36 y km 4 en 3:38.
A mitad de carrera corremos por una recta en donde el poco viento que hay da de cara. Si me mantengo ahí quizás descuelgue a alguién, pensé, pero no fue así. Arriesgué a seguir siendo yo quien marcara el ritmo, aunque cada km que pasaba era más consciente de que me estaban esperando para pasarme en el último tramo. Dado ese viento frontal el km 5 es el más lento, en 3:40.
Giramos a la derecha y tomamos otra recta larga en el que el viento ya es un favorable. El ritmo se incrementa y por delante un atleta del Atletismo La Serena da muestras de cansancio. Uno de los atletas de mi grupo da un cambio de ritmo y se va hacia adelante; en este momento todo se alborota un poco. Dos corredores más me pasan espoleados por ese acelerón, aunque consigo a estos dos mantenerles la aceleración. Pienso en "chupar un poco de rueda" unos momentos, pero en breve me veo otra vez delante de ellos. En definitiva, un atleta me ha adelantado y otro por delante puede ser alcanzado. Este 6º km sale en 3:35.
Quedan dos kms nada más y quedan aún reservas suficientes. Con la vista puesta en el atleta que me adelantó, que está ya a unos metros, me contagio de su ritmo y empiezo a ir más rápido. También noto que por detrás las zancadas y respiración ya no suenan tan cerca, parece que ahora sí estoy consiguiendo quedarlos atrás. La explicación es un cambio de ritmo del que no he sido consciente hasta que veo que el km 7 lo hago en 3:30.
Último km, alcanzo al atleta que estaba pasando apuros. Ya no se me puede escapar esto. Empiezo a echar todo lo que me queda. Últimas curvas y entramos en las calles del pueblo, sólo intento mantener el ritmo alto hasta el final ya que por detrás he conseguido abrir un buen hueco. Entro en meta haciendo este 8º km en 3:24, con un tiempo oficial final de 28:31, 7º clasificado y 3º de mi categoría. Media de 3:34 en los 8 km.
El objetivo marcado lo considero cumplido, seguimos manteniendo la chispa a pesar de los rodajes y las series largas de cara a la maratón de marzo. Próxima parada los 10 km del Guadiatón el próximo 23 de diciembre.