XXV Fondo Popular Ciudad de Mérida en mi camino hacia maratón. Crónica.

      Haber podido correr esta carrera ya era todo un éxito dadas las circunstancias que se me había presentado días antes. El jueves de la semana anterior me veía en urgencias, sentado en una silla de ruedas y sin poder apoyar el pie izquierdo. Tras un diagnóstico de esguince de primer grado se nublaron objetivos futuros pero, fuera de toda lógica, tres días después estaba incorporado al trabajo, sin dolor y un día después retomaba los entrenos. Tras hacer un entreno maratoniano sin consecuencias decidí que participaría en el XXV Fondo Popular de Mérida en mi camino hacia maratón.

Primeros metros de la carrera


       A diferencia de lo que haría dos semanas antes en la Carrera de Valdebótoa, no me tomé esta semana como de competición, realizando mis entrenos con normalidad sin guardar fuerzas para el fin de semana, por lo que llegaba con las piernas algo pesadas pero con intención de exprimir las fuerzas que quedaran hasta vaciar las reservas.

       Este año cambiaba el circuito, pasando a ser dos vueltas de 5 kms para completar los 10 kms de los que constaba la carrera absoluta. Salida del parque de Las Siete Sillas, cruzando el Puente Romano, llegar hasta el Acueducto de los Milagros y volver a zona de meta cruzando por el puente Lusitania. Un circuito ratonero en algunos tramos que no te permitía mantener un ritmo constante en  varios puntos.

 

          Mi estrategia era la de competir sin mirar ritmos. Así desde el principio intento que no me pase como en la última carrera, que de inicio se me vaya el grupo bueno y me fuese imposible alcanzarlo. Así los dos primeros kilómetros son de los que más rápidos me salen al intentar enganchar y mantenerme en ese grupo de ritmos similares al mío.

             De este modo consigo adelantar a varios corredores y llegar a una parte limpia de carrera. Corremos cinco o seis corredores que vamos alternando posiciones que rondan entre el 7º y el 12º de la carrera. Voy haciendo gran esfuerzo físico para mantenerme ahí, jugando casi a todo o nada y poniendo en juego llegar hasta el final decentemente. Son los primeros kilómetros y ya voy con las pulsaciones muy altas.

             Desde la salida de la carretera para entrar en el Parque del Acueducto hasta salir del mismo parque el circuito es un continuo "de aquí para allá" con curvas, puentes sobre canal, túnel, etc. que hacen que tengas que gastar un plus en mantener el ritmo.

Exhausto al llegar a meta

           Al primer paso por meta algunos atletas se me han ido sin opción a alcanzarlos y por detrás no siento a nadie cerca (no me gusta mirar atrás mientras compito). Intento concentrarme y abstraerme de los 5 kms que quedan para poder mantenerme ahí.

          A la altura del km 6 me alcanza un corredor que en condiciones normales estaría delante mía pero hoy me había alcanzado desde atrás, y me sirve como aliciente para no acomodarme y seguir exprimiendo las fuerzas para que, al menos, no me sobrepase. Siento que su respirar es muy fuerte y su esfuerzo también es grande, yendo casi al límite.

         En varios puntos, aprovechando curvas y subes y baja intento volver a quedarme sólo sin éxito, por lo que decido que continuemos juntos hasta prácticamente el final, si bien quería ser yo quien marcara el ritmo al que correr.

          Sufriendo mucho para seguir manteniendo la intensidad llegamos al último sector de la carrera, entrando en el Puente Lusitania, en donde yo tenía guardado una última bala pero no tenía muy claro donde gastarla. Pero van pasando los metros, pasamos la mitad del puente y seguimos juntos. Sé que cuando acelere me voy a quedar sólo pero tenía que garantizar que el acelerón durara hasta meta y las reservas de fuerzas ya estaban en el límite. 

          A unos 100 metros para salir del puente incremento progresivamente el ritmo y consigo entrar al parque, en donde ya estaba la meta, con un poco de ventaja. Haciendo ya un vaciado de fuerzas no veo el momento en el que por fin aparezca visualmente el arco de meta, y cuando ya está ahí, aunque estoy físicamente fundido, consigo mantenerme esos metros finales para conseguir esa 9º posición de la clasificación general, completando los 10 kilómetros en 38 minutos y dos segundos.

       Una vez más ha quedado al descubierto la falta de "chispa" en mis ritmos para competir a mi nivel habitual, pero siempre intento ver el vaso medio lleno y hacer una lectura positiva. Y dicha lectura es que el verdadero objetivo es la maratón de noviembre, cuyos largos entrenos me están dando fortaleza en otros aspectos pero no en velocidad, y que es positivo no estar ahora mismo en un momento de forma óptimo, el cual hay que hacerlo coincidir con la fecha clave, el 7 de noviembre.

       En principio no hay más paradas competitivas hasta la cita con los 42 kms.