¡A la conquita de Lisboa!

      Una vez más volvemos a esta a puertas de una maratón. Siempre parece que la que estás a punto de realizar es la más especial de todas, la que no es comparable a las demás, y es que en esta Maratón de Lisboa del próximo domingo hay varios factores que hacen que viaje con mucha ilusión y esté impaciente por tomar la salida de estos 42 kilómetros.




       La preparación me ha resultado relativamente fácil respecto a otras maratones. A comienzos de años empecé a entrenar tras salir de una lesión que me tuvo meses parado. Desde entonces mis entrenos se han basado en más kilómetros de rodaje y menos días de calidad, resultando unos 400 kms mensuales, por lo que para preparar esta maratón sólo ha habido que afinar los entrenamientos con algunas pinceladas en forma de largos rodajes y series específicas, pero sin incrementar apenas los kilómetros.

kilómetros acumulados en el último año


       Así he conseguido llegar al día de hoy en las mejores condiciones físicas, creo que habiendo conseguido un pico de forma y, lo más importante, sin ninguna molestia ni secuela. Otra cosa será lo que resulte el día de la carrera pero desde luego no se puede decir que no lleve esta maratón preparada.

       Para más motivación viajamos varios amigos del club con nuestras parejas, por lo que el fin de semana promete ser de los que no se olvidan. 

        Ya tuve la ocasión de correr esta maratón en 2019 (aquí la crónica de aquella carrera), pero este año me presento a la misma con un enfoque muy diferente. Por entonces el objetivo era conocer y disfrutar el recorrido habiendo realizado una preparación justa para cruzar la meta, pero este año vamos a por tiempo aprovechando que la condición física es buena y que evito el factor sorpresa de desconocer el circuito.


Recorrido de la Maratón de Lisboa, con salida en Cascais y llegada a Lisboa

            La idea inicial es marcar un ritmo un poco por debajo de 4:00, que de aguantarlo hasta el final supondría marca personal en maratón, pero no podemos obviar que existen factores no controlables en zonas de costa, como son el viento y la humedad. 

           La próxima vez que escriba en este blog será para contaros el desenlace de esta historia. ¡Estad atentos!