Hace una semana que se levantó la prohibición de hacer deporte en la calle, y en estos pocos días en los que se ha podido salir nos ha dado tiempo a comprobar aspectos sobre nuestro cuerpo y nuestra forma física que quizás de otro modo nunca hubiéramos conocido. Hemos visto la realidad de la primera semana de deporte al aire libre.
El factor común de todos los que hemos aprovechado estos días de "libertad" para practicar nuestro deporte favorito han sido las agujetas. Hablando con nuestras personas más cercanas y observando los comentarios en redes sociales pudimos ver que casi nadie se salvaba de esa molesta y dolorosa pesadez en las piernas. Incluso deportistas que son o han sido de alto nivel nos mostraban que ellos también son humanos y que, igual que el resto, también las han sufrido.
El primer día de entrenamiento nos dimos cuenta que, por más que nos esmeramos en conservar un mínimo de forma física, nuestro nivel estaba por debajo de nuestras expectativas. Aquí sí hay que diferenciar a los que durante estos 50 días de confinamiento han dispuesto de una cinta de correr o un rodillo, que se han topado con la realidad de que hacer deporte en la calle no lo sustituye uno de esos aparatos, y los que han intentado mantenerse con lo que tenían a mano y tirando de imaginación.
Me comentaba Houssame Benabbou, dos veces campeón de España de medio maratón, que él ha podido correr en una cinta no profesional durante estos días pero que al entrenar al aire libre también tuvo agujetas. Considera que estas cintas te aportan un "efecto placebo" pero no sustituyen al correr en la calle y que no quiso hacer una inversión en una cinta de correr profesional. Y es verdad que hemos podido comprobar cómo la gente se ha comprado cintas de correr para los días de encierro, sabiendo que se trataba de una situación temporal, y ahora van a ser un soporte fenomenal para acumular polvo.
Quienes no corrieron ni hicieron rodillo tenían (teníamos) la esperanza de que con sus ejercicios en casa mantendrían un poco de su forma física y que el reinicio callejero no sería tan cuesta arriba, pero la realidad ha sido que se ha empezado desde cero, y los que sufren de alergia primaveral de -1. Pero incluso esto tiene su lado positivo, porque si te incluyes en este grupo y ha salido la mayoría de los días de esta semana has podido ver la evolución favorable a pasos de gigante: el primer día mucho entusiasmo y encuentro con la realidad, el segundo comprobar que las agujetas eran reales, el tercer día para recuperarse de las agujetas, pero ya al cuarto o quinto día se ha podido ver una adaptación y mejora tanto de ritmos como de pulsaciones más razonables. En pocas ocasiones podrás comprobar una mejora física de un día para otro.
Pues ya estamos en la calle haciendo deporte como tanto habíamos anhelado, ahora el esfuerzo es motivarse para seguir haciéndolo sin competiciones en el horizonte. Extraña nostalgia la que se produce cuando vemos nuestras propias fotografías compitiendo en aquella extraordinaria normalidad, sólo comparable a cuando estás en un parón por lesión de la que no ves el final.
Nadie espera competir en un futuro cercano, pero me comenta alguien relacionado con la organización de carreras en Extremadura que se está estudiando la posibilidad de que se autorice, llegado el momento, competiciones con un número limitado de participantes. Si esto llegara a suceder sería señal de que la situación de contagios está cada vez más controlada.