Madrugar para entrenar. Una opción para ganar horas al día

En muchas ocasiones no es fácil ganarle horas o minutos al día para conseguir el tiempo necesario para realizar nuestros entrenamientos. La familia, el trabajo, los compromisos y, en definitiva, las circunstancias particulares de cada persona pueden llegar a imposibilitar ese espacio vital para mantenerse en forma. Y cuando estás a un paso de darlo por imposible una opción se abre camino en nuestro horizonte: madrugar para entrenar.


También se podría barajar la posibilidad de entrenar en las últimas horas del día, pero la realización de un ejercicio intenso libera adrenalina y aumenta la frecuencia cardíaca, factores que invitan al insomnio y podrían conllevar no tener un sueño reparador, arrastrando las consecuencias de esto durante todo el día siguiente.

Madrugar para entrenar tiene un valor añadido que sólo vas a apreciar de verdad si tienes la fuerza de voluntad de levantarte antes de lo habitual. Las principales ventajas te las cuento a continuación:

  • Tranquilidad de tener las "tareas" hechas al empezar el día. Entrenar a primera hora te permite despreocuparte y olvidarte del entrenamiento el resto del día, eliminando el estrés que en ocasiones supone buscar ese momento para ejercitarte.
  • Enfocas tu día con positividad. Saber que tu entrenamiento está ya realizado y la liberación de endorfinas producidas durante el mismo tendrán como consecuencia empezar el día con optimismo. Además, tu estado de temprana activación hará que estés al 100% de rendimiento en tus obligaciones y no cargarás con esa sensación de haberte levantado de la cama hace un momento.
  • Toda la calle o parque para ti. Si eres de salir a correr, a horas tempranas es raro encontrar el trasiego de la gente que puede haber a cualquier otra hora del día. Existe una sensación de tranquilidad y paz y tú te despreocupas de esquivar a personas. Te sorprenderá que no eres el único loco o loca que se levanta temprano para entrenar y comprobarás que hay multitud de gente, de forma individual o en grupo, practicando deporte.
  • Disfrutas del amanecer. Lo sé, suena cursi, pero es una bonita experiencia ver como los rayos de Sol le ganan terreno a la oscuridad de la noche mientras tú realizas una de las actividades que más te gustan. Empezar a entrenar de noche y terminar de día es un plus de satisfacción personal.
  • Temperatura ideal en temporada de verano. Sabida es la dificultad añadida de entrenar en época estival, cuando no es posible hacer ejercicio a cualquier hora debido a las altas temperaturas. Realizar deporte en verano a menos de 30 grados es como encontrar un oasis en el desierto. Esto también depende del clima existente en la zona en que te encuentres.


Ciertamente lo más difícil de todo es el momento en que suena el despertador y las sábanas te abrazan para que no te levantes de la cama, pero una vez que te has puesto en pie empiezas a alegrarte de haber tomado esta opción e incluso, en cierto modo, sientes orgullo de ello. Aquí tienes algunos consejos a tener en cuenta si te decides a madrugar para entrenar:
  • Vete a dormir antes de lo que sueles hacerlo. Dormir es más importante que entrenar si quieres funcionar con normalidad el resto del día. Puede no ser del todo necesario si vas a madrugar sólo ocasionalmente, pero si lo vas a convertir en rutina debes evitar tener horas de sueño por recuperar, pues tu estado de ánimo y tu efectividad en todos los aspetos se van a ver afectados.
  • En cuanto suene el despertador "tírate" de la cama. Si empiezas a valorar si te levantas o no, si merece la pena o no, con seguridad no vas a conseguir entrenar a primera hora de la mañana.
  • Queda todo preparado antes de acostarte. Si te levantas con el tiempo justo para hacer un entrenamiento y poder estar a tiempo en tus obligaciones laborales o familiares, debes evitar echar tiempo en buscar la ropa que te vas a poner o en otras cosas. De esta forma también evitarás hacer ruidos cuando los demás duermen buscando tu ropa y accesorios. Poco más que levantarte, tomar un café (si eres de café y lo toleras antes del ejercicio), visita al wc, vestirte y ¡al lio! Esto no suele ser más de 20 minutos..
  • No hagas un desayuno completo antes de empezar a entrenar. No es recomendable ni saludable hacer deporte con el estómago lleno. Como mucho un café (intentando evitar la lactosa de la leche) y, si no puedes empezar con el estómago vacío, una pieza de fruta, ya que en 20 minutos está digerida. En otra entrada de este blog se habla sobre si desayunar o no antes de entrenar.
  • Tómate tu tiempo antes de incrementar la intensidad del entrenamiento. Ten en cuenta que hace un momento estabas dormido y a tu cuerpo le va a costar más de lo normal activarse, pero si tienes paciencia empezarás a tener buenas sensaciones y completarás tu entreno con normalidad.
  • Queda con alguien para realizar el entrenamiento. Comprometerte a una hora en un lugar es la mejor forma de obligarte a madrugar. Seguro que alguno de tus compañeros está en tu misma situación. 
Quizás seas de la opinión de que nunca cometerás la "locura" de madrugar para entrenar porque no has tenido problemas para realizar tu entrenamiento a cualquier otra hora del día o, simplemente, porque no le das tanta importancia al ejercicio como para madrugar para realizarlo, pero nunca descartes esta posibilidad cuando surja la necesidad. Por ejemplo, si alguna vez decides entrenar una maratón, con sus largas sesiones de entrenamientos, esta opción va a cobrar mucha más importancia en tu baraja de posibilidades para entrenar.