El buen arte de llegar con tiempo a las carreras.

      En la competición hay factores que podemos controlar y otros factores con los que no tenemos ninguna manera de actuar sobre ellos. La climatología no la podemos controlar, en cambio, sí podemos controlar llegar bien preparados físicamente mediante los entrenamientos. Un recorrido que nos sea desfavorable no lo podemos controlar, pero sí podemos hacerlo en nuestra forma de regular las fuerzas no saliendo de forma alocada y correr inteligentemente reservando fuerzas para los tramos más exigentes.

     Hay un factor al que muchas veces no le damos la importancia que tiene y que sí entra totalmente en nuestro ámbito de actuación. Se trata de llegar con margen de tiempo suficiente a las carreras. En principio puede parecer algo obvio y sin mucha importancia, pero puede ocurrir que el tiempo del que dispongamos antes de competir condicione nuestra carrera e incluso la arruine.


Importante es tomar la salida con "tranquilidad"
      No debemos dar por hecho que vamos a llegar y "besar el santo" en todo. Es decir, no contemos con que vamos a encontrar aparcamiento cerca de la salida, ni con que vamos a ir a recoger el dorsal y no va a haber cola. En cambio debemos considerar el tiempo para volver al coche a cambiarnos de ropa (normalmente nuestro vestuario móvil) y, por supuesto y lo más importante, que necesitamos calentar adecuadamente.

      Se me ocurren algunos inconvenientes de llegar con la hora justa y muchísimas ventajas de hacerlo con una hora o tres cuartos antes de la hora de la salida. Y es que realmente no nos cuesta nada salir de casa ese poquito de tiempo antes, y si nos cuesta lo vamos a agradecer con creces posteriormente. 

       Algunos problemas que se nos pueden presentar por este motivo:

      - No tener tiempo suficiente para calentar. A mi modesto entender el más importante de todos. El no hacerlo de manera adecuada nos expone a una lesión, porque aunque pensemos de antemano que tomaremos la salida de forma relajada para calentar en los primeros metros de la carrera, tu y yo sabemos que esto dista mucho de la realidad y que, por muy lento que vayas, siempre vas a ir mucho más rápido que en un entrenamiento que puedas hacer cualquier otro día.

       - Tu estrategia de carrera se puede ir al traste. En cuanto nos damos cuenta que vamos tarde y que debemos darnos prisa empezamos a entrar en un estado de tensión y celeridad. Hacemos las cosas de manera atropellada: cambiarnos de ropa, ponernos el dorsal de cualquier manera... Y cuando por fin nos plantamos en línea de salida y se da el pistoletazo, es tal la inercia por hacer las cosas deprisas que empezamos a correr, sin ser conscientes, más rápido de lo que teníamos planeado hacerlo, con las nefastas consecuencias siempre tiene correr por encima de nuestras posibilidades. La carrera se puede convertir en un martirio.

          - No has podido saludar a tu gente, comentar aspectos de la carrera importantes, tantear quien ha venido y quien no ha venido, resolver esas dudas respecto al recorrido que te iban a resolver los que ya han corrido allí, no has podido echarte crema calentadora (el que la use).

           Y cualquiera podía seguir diciendo contras pero lo vamos a dejar ahí. En cambio las ventajas pueden ser también muchas y algunas determinantes para nuestra carrera:

         - Hacer un buen calentamiento. Todavía hay quien cree que calentar va a suponer un gasto de energía innecesario. En cambio la realidad es que, sobre todo en días fríos, debemos calentar hasta que nuestro cuerpo entre bien en calor e incluso rompa a sudar para encontrarnos después cómodos cuando empecemos a exigirle. Qué menos que un corto y suave rodaje, algún que otro ejercicio de técnica de carrera y algún progresivo para ponernos a tono antes de tomar la salida. 

         - Si el recorrido consta de más de una vuelta a un mismo circuito, llegar con tiempo nos permitirá calentar sobre el mismo circuito y hacer un reconocimiento de como se encuentra el mismo para no llevarnos sorpresas cuando pasemos después a toda velocidad. Curvas cerradas, posibles obstáculos, pendientes, bajadas... si los conocemos de antemano mejor.

         - Mientras vamos a recoger el dorsal y volvemos a nuestro "vestuario móvil", podremos pararnos tranquilamente a hablar y compartir experiencias con los demás atletas y amigos a los que sólo vemos cuando vamos a las carreras. A fin de cuentas ésta es una de las cosas que le da valor a nuestra afición, relacionarnos con gente que tiene nuestra misma inquietud y la misma pasión que nosotros. 

          - Podemos mudarnos de ropa con tranquilidad y correctamente. Un cordón de la zapatilla mal anudado puede arruinar nuestra carrera en el momento más inesperado. Además no nos exponemos a olvidarnos el gel, el reloj, las gafas de competir. Una prenda mal puesta también nos puede incomodar mientras competimos.

           - Tener margen de tiempo nos facilita que nos concentremos mejor en la competición. Mentalmente necesitamos estar centrados en lo que nos espera, visualizar el recorrido, repasar la estrategia que seguiremos. Esta estrategia puede sufrir cambios de última hora si vemos quien va a competir y quien no. Podemos planear hacer grupo con atletas de nuestro nivel, cambiar el objetivo de nuestra carrera según el número de "cabezas de serie" que corran. Todo ello es posible si hemos tenido tiempo suficiente para verlos antes de salir.

          Generalizando, debemos evitar estresarnos de manera innecesario. Como digo, programando la partida hacia la carrera un poquito tiempo antes arregla prácticamente todos los inconvenientes que antes hemos hablado. De ahí que dejar las cosas preparadas la noche antes nos ayude a no retrasarnos al salir de casa.

         Cuando quedamos con un grupo para ir juntos a la competición de turno siempre hay alguien que dice una hora temprana y otro u otros que le contestan que para qué salir tan temprano. Quizás debemos hacer caso a quien programa la hora más temprana. El tiempo de más en el lugar de destino siempre puede ser bien ocupado, por ejemplo con un buen café en el bar de turno para que los músculos respondan a estímulos.

         Por cierto, no hemos comentado nada del peor de los imprevistos... la urgencia de ir a un WC, y que éste no siempre está libre o simplemente no está.